"Ilustres abogados" y periodistas contra la Reforma Judicial

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, último bastión de la oposición. La delincuencia organizada y delincuentes fiscales cuentan con esta institución como madre protectora de sus actos ilícitos

EPÍGRAFE. – La Suprema Corte de Justicia de la Nación, último bastión de la oposición. La delincuencia organizada y delincuentes fiscales cuentan con esta institución como madre protectora de sus actos ilícitos.

El pasado miércoles, 25 de junio, el abogado Javier Coello Trejo, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, sentenció de manera arrogante que "de darse la reforma judicial como la propone AMLO, llegarán abogados narco al poder". Conocemos la vida de este abogado gánster, ligado siempre con el narco, violador de la ley y de mujeres, torturador y corrupto. ¿Qué autoridad moral tiene? Como secretario de gobierno de Chiapas en 1984 fue señalado por ordenar torturas, desapariciones y siembras de pruebas contra opositores, maestros y estudiantes. Como subprocurador en la lucha contra el narcotráfico con Carlos Salinas fue señalado por sus nexos con los líderes del cártel del Golfo y con el "Chapo Guzmán. Fue abogado defensor del corrupto Emilio Lozoya. Durante su gestión se cometieron miles de casos de transgresión del derecho y corrupción y se acumularon 800 denuncias de violaciones a la ley cometidas por sus agentes, incluyendo torturas, violaciones y robos. Uno de esos casos fue la violación de 20 mujeres en 1990 perpetradas por cuatro de sus escoltas. Las mujeres de edades de 19 a 24 años de edad fueron secuestradas, unos días antes, en uno de los vehículos que servía para trasladar personal del propio Coello. Los agentes violadores no recibieron castigo, Coello los protegió. Un mes antes una balacera en Sinaloa entre los policías judiciales y policías regionales que dejó como saldo la muerte del comandante sinaloense, puso en evidencia sus nexos con poderosos grupos de narcotraficantes de esa región. Ante la presión, Javier Coello renunció. Y hoy aparece en la televisión propiedad de quien no paga impuestos y protegido por la Suprema Corte, como flamante entrevistado de Ciro Gómez Leyva y obviamente se opone a la reforma judicial que propone AMLO.

Otra persona que se opone a la reforma judicial de AMLO es el gringo-mexicano Jorge Ramos, desde Estados Unidos por supuesto, donde vive hace 40 años. En la agencia informativa digital, "Más información", del pasado 24 de junio, en su columna "Desde la mirada de Jorge Ramos" esta persona, evidencia un egocentrismo, preñado de arrogancia y desprecio por los millones de mexicanos que votamos por MORENA el pasado 2 de junio. Evidencia, además, total ignorancia de la historia política de México de los últimos 84 años.

Desde Estados Unidos nos dice Ramos, casi una sentencia que "... me preocupa la democracia de México y la acumulación de poder por parte del presidente en la reforma al poder judicial que quiere hacer una oposición debilitada". Evidente es que Ramos ve en el Poder Judicial el último reducto de poder de la oposición, ve en la reforma de AMLO el tiro de gracia para la oposición: sus miembros, incluyendo a Salinas Pliego, ya no tendrán quien los defienda. Desde que inicia con la frase "me preocupa la democracia, la acumulación de poder y nos toca a los periodistas vigilar estar contra el poder" surge en él una arrogancia que eructa champaña con cerezas. Al decir "me preocupa", su ego arrogante nos puso a temblar todos porque su preocupación no es de cualquiera, es de Jorge Ramos: como si fuera muy importante para mí y para todos los mexicanos. Y cuando nos dice: "nos toca a los periodistas", ya conminó a todos los periodistas de México que estábamos esperando precisamente su llamado desde Estados Unidos. Su ego además le lleva a suponer que tiene una gran capacidad de convocatoria entre los periodistas que sí viven en México y su ego además lo hace pensar que todos coincidimos con él. O tal vez Ramos se refiera a la élite de periodistas de la cloaca y del chayote, los mismos gatilleros a sueldo que siempre han servido de la oposición Son periodistas que viven enquistados en la ciudad de México y para nada representan a los periodistas de provincia.

Y no se vayan a reír. Dice Ramos: "Los mexicanos no van a permitir que desaparezca la democracia que "nos costó" 71 años en establecer". De nuevo su arrogancia lo lleva a hacer afirmaciones a nombre de todos los mexicanos que "no van a permitir" que desaparezca la democracia. Y vuelta también de nuevo con la democracia, palabra que, de tanto uso, se ha emputecido, la derecha la ha convertido en retruécano, moneda falsa, moneda de cobre bañada de oro. ¡Gracias Carpentier por la frasecita tan oportuna y que te fusilé!

Le pregunto a Jorge Ramos: ¿De cuándo acá ha existido democracia en México? ¿a la matanza del 2 de octubre de 1968 o del 10 de junio de 1971. De aquellas desgracias, la Televisión de Azcárraga Milmo nada dijo, ni periódico alguno dijo nada. ¿No es la libertad de prensa algo propio de la democracia? Y Lecumberri lleno de estudiantes presos debido a la democracia de Ramos; ¿le podemos llamar democracia a la matanza de Atenco o de Ayotzinapa? Muy demócrata el gabacho-mexicano, y no quiere que los miembros que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que solapan delincuentes, sean elegidos por el voto popular.

¿Ignora este gringo-mexicano que la democracia de aquellos años, eran los años del "dedazo" omnipotente del "Señor presidente"? Eran los días de espera y nerviosismo de las "Palabras Mayores" de Spota que ungían al nuevo mesías sexenal, al tlatoani sexenal que definía vidas y fortunas. Era una dictadura perfecta vestida de democracia. Ya se sabía que el del PRI era "el bueno", los demás candidatos eran paleros para maquillar la prostituta democracia. Los mismos de las casillas rellenaban las boletas. De aquella "democracia" lo único que preocupaba entonces era que el pozol estuviera bien frío, la barbacoa bien caliente y el sonido bien puesto para oír las pendejadas demagógicas del candidato. ¡Ah, qué país tan surrealista! André Bretton hubiera sido realista en nuestro país.

Este fervoroso demócrata ignora quizá cuando Salinas, Zedillo y cómplices privatizaron y remataron todos los bienes de la Nación sin tomar en cuenta al senado: contrapeso les llaman hoy a las dos cámaras en el argot moderno de la derecha. En aquellos años de democracia surrealista ese contrapeso, diputados y senadores, sólo servía para levantar el dedo y obedecer las órdenes del "Señor Presidente".

¡71 años de democracia!, esa aseveración da risa, pero también encabrona. Estos fulanos vestidos de comentaristas, como Jorge Ramos, junto con la oposición fifí, siguen suponiendo que somos unos idiotas y que por ignorantes y brutos votamos por MORENA el pasado 2 de junio.