ESCALA CRÍTICA
La carga de las deudas impagables; más de 180 mil pesos por mexicano
*Más de 10 billones de pesos el débito total; incremento sin freno
*La tragedia mexicana del Fobaproa: se debe más que en 1995
*Necesario recuperar los campos experimentales agrícolas
Víctor M. Sámano Labastida
LO PROMETIDO es deuda, se dijo con ironía en la época de Miguel de la Madrid, cuando la hipoteca del país comenzó a hacerse explosiva. Y aunque no había prometido endeudar a México, aquel primer gobierno en el que se ubica el arranque del modelo neoliberal no pudo –y no quiso- sustraerse al vértigo dejado por los años de una abundancia ficticia mal administrada por José López Portillo.
De acuerdo a un reporte publicado por Forbes México en septiembre de 2018, al mes de julio de ese año la deuda total del país se ubicaba en 9 billones 995 mil millones de pesos. Esto significa –calculó el autor Daniel Villegas Raya- “que cada mexicano debería pagar 179 mil 639 pesos para saldar las obligaciones, si se contempla a la población económicamente activa –es decir, la población de 15 años o más que trabaja o busca empleo activamente”.
En comparación, señalaba, al término del gobierno de Felipe Calderón la deuda que pesaba sobre cada compatriota mayor de 15 años era de 108 mil 924 pesos. Hasta entonces –julio de 2018- la hipoteca había crecido 64.9% en relación al sexenio precedente. Al cierre de la administración de Enrique Peña Nieto, tan sólo para pagar el servicio de esa hipoteca se tienen que destinar uno 800 mil millones de pesos del presupuesto. Es, sin duda, una deuda eterna…y en incremento.
CON DEUDAS NO HAY PARAÍSO
AL CIUDADANO de a pie podría parecerle un tema para especialistas y para los financieros de del gobierno el tema de la deuda. Sin embargo, ninguna política de obras y servicios que deben llegar a la población es ajena al costo de los créditos. A menos de que uno quiera ser sorprendido cuando reviente la burbuja.
Escribió Francisco Navarro en la página de CELAG (Centro Estratpegico Latinoamericano de Geopolítica, noviembre de 2017): “La deuda es un elemento consustancial al funcionamiento de la economía capitalista y en la última etapa de financiarización global ha adquirido una importancia mucho mayor. La deuda es un mecanismo por el cual todos los estados, desarrollados o no, pierden soberanía frente al sector financiero”.
En 1999, los economistas J.A. Ibáñez Aguirre, J.A. Farías Hernández publicaron el estudio: “México: de la deuda externa a la deuda eterna”. Abogaban entonces, como lo han hecho personajes de la talla de David Ibarra Muñoz, por un modelo que permitiera generan excedentes de divisas por esfuerzo propio, al tiempo que aprovechar los mecanismos políticos y de mercado para reducir los montos. Se trata –sostenían- recuperar el derecho a crecer, las posibilidades del desarrollo. Lo que vivimos cotidianamente, la violencia y la inseguridad, está estrechamente relacionada con las condiciones de pobreza, corrupción e impunidad.
PAGAN Y PAGAN…Y NADA
AHORA mismo, Tabasco ve frenado el arranque de los programas gubernamentales por el peso de la deuda y los faltantes presupuestales.
Ayer el diario La Jornada publicó lo que podríamos calificar como un dramático ejemplo de lo que le sucede al país y de lo que pueden sufrir en lo individual las familias mexicanas: cómo una deuda se convierte en una carrera sin fin para el acreditado.
¿Recuerda usted el famoso Fobaproa que llevó a la creación del IPAB? En 1995, refiere el periodista Israel Rodríguez, se estableció que había que pagar un rescate bancario por 521 mil millones de pesos. Pues bien –o mal- después de 24 años de estar abonando con recursos públicos “entre 622 mil millones y 800 mil millones de pesos por el salvamento de los bancos todavía se adeudan 901 mil 700 millones de pesos”. Se ha pagado en intereses más que el monto inicial, señala...y la deuda es superior.
La carga de la deuda es uno de los factores que impiden tanto Petróleos Mexicanos como a la Comisión Federal de Electricidad arrancar de inmediato los programas de reestructuración.
AL MARGEN
UNA POLÍTICA social importante para los agricultores mexicanos fue durante varias décadas no sólo la aplicación de precios de garantía y subsidio para los insumos, sino sobre todo de apoyo técnico y asesoría. Así, por ejemplo, en 1985 se fundó el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que logró contar con ocho centros de investigación regional, cinco centros nacionales de investigación interdisciplinaria y 38 campos experimentales en todo el país. Uno de ellos se encuentra en Huimanguillo, Tabasco. A pesar del cambio de modelo que priorizó el mercado, el INIFAP logró concentrar a unos 900 investigadores.
Siguiendo esa pauta nacional, en Tabasco se crearon a nivel estatal algunos campos experimentales y viveros, como es el caso de “Las Lilias”, finca ubicada en el kilómetro 42 de la carretera Villahermosa-Teapa. En octubre de 2014, un total de 100 hectáreas fueron concesionadas al empresario Carlos Cabal Peniche, según informó oficialmente la entonces Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesca (Sedafop), que encabezaba Pedro Jiménez León. Los terrenos serían usufructuados durante 19 años con una renta anual de 350 mil pesos; menos de 30 mil pesos mensuales.
El gobernador Adán Augusto López Hernández calificó de ilegal esa concesión y anunció que recuperará lo que fue un campo experimental de prestigio. En efecto los terrenos de “Las Lilias” servían de vivero para diversas especies de árboles frutales y maderables, función que ahora sería de gran ayuda ante el proyecto de López Obrador para propagar especies nativas y reforestar la entidad. Ya se presentó la demanda para la recuperación, según se supo. (vmsamano@hotmail.com)