De almohadas e indiferentes
Y SI ANTES DE DORMIR está allí en tu lengua la canción perfecta del amor imperfecto....
EL PASTO COMO alfombra y el brazo como almohada, bastan para un buen descanso. El aire es limpio. Y puedes mirar el cielo antes de dormir y entrar al maravilloso mundo de los sueños.
SI ES AL INTERIOR donde duermes, y hay cama con un colchón que te espera entre duro y blando, nunca en el extremo, entonces es menester una almohada que sostenga tu visión del mundo. Sabedor de la misión, hasta dónde quieres llegar es necesario saberlo. La almohada ayuda a cumplir los sueños.
Y SI EL AZAR del destino te ha metido en un laberinto donde solamente la salida representa el poder acostarte y dormir, no tengas temor ante esa circunstancia, en la que parece no haber salida. Un callejón sin salida, la tiene, rompiendo la pared del fondo. Descansa en ese peregrinar. Que también los fantasmas se sientan para luego de minutos continuar su paso.
ANTES DE DORMIR haz balance del día que se ha terminado. Y piensa en el de mañana, agradecido por ese despertar sonriente. No todos tienen esa dicha. En esos minutos previos lanza el anzuelo lo más que puedas hacia adelante. No hay pez sensible y con conocimientos que se resista a la buena carnada. Y la carnada del ser humano es el amor, no importan las circunstancias.
Y SI ANTES DE DORMIR está allí en tu lengua la canción perfecta del amor imperfecto, si está en tu cara la sonrisa del deber cumplido, si está en la piel la nostalgia y añoranza por lo que fue y que viene, entonces es que hay buena vibración conjunta. Y si son tus manos las que cantan en lugar de tu garganta. Entonces es que el amor sigue siendo esplendoroso. Es rosa, es espina, es dicha.
SI CUANDO DUERMES sueñas, es que hay buen entendimiento entre lo terrenal y lo divino. Canta y cuenta. Sea el sueño el motivo. "Era una casa amplia. Éramos bienvenidos. Éramos como unas quince personas. Era ya de noche y entramos. Todos conocidos. Y me viste. Y te vi. Las paredes eran de un rojo corazón. Había viento fresco. Mis manos buscaron tus manos. Y las sonrisas fueron medias lunas, y entramos al paraíso."
EL PARAÍSO NO TIENE secretos, ni entradas especiales, ni claves de seguridad, ni requiere permisos, ni pasaportes o salvoconductos. No se cobra la entrada y menos la salida. No hay lista de requisitos por cumplir. No está notariado a nadie y menos a curas o asistentes frecuentes. No se dan credenciales. No tiene puertas ni ventanas. No tiene pasadizos secretos. Ni tiene decoración especial. El paraíso es la vida con todas sus circunstancias.
AL BUEN SOÑADOR no importa la almohada que sostenga su cabeza en las noches. En caso de que sean de plumas, eso sí sean de plumas con suficientes horas de vuelo. O relleno de ropa vieja y limpia, que venga incluida con historias. Es sensato acomodarse siempre, de tal manera que la sangre fluya libre, los pensamientos fluyan como agua corriente y los sentimientos sean sanos, sinceros, limpios.
ANTES DE DORMIR repaso en minutos algo del día. Lo que hice, muy poco, y lo que dejé pendiente. Me conforta saber de los contemplativos, que haciendo nada, hacían. Porque lograban comunión con su alrededor, con la naturaleza viva. Y aparece la sonrisa bajo las sábanas. Antes de dormir se asoma uno al vacío. La dicha tiene muchos rostros, y a veces solo uno.
Y AL DESPERTAR es bueno ser agradecidos, por tener la dicha de mirar la luz del nuevo día. Más no estamos solos. Y recordar que existe el hambre, la pobreza y la miseria. Y que ser indiferente ante los problemas de los otros, es estar en peso muerto, aunque se viva.