Diálogo de sordos....

Aunque muchos pensaban que la aprobación de la reforma judicial pondría fin a la discusión, la realidad ha sido muy distinta.

Si algunos creían que con la aprobación, promulgación y publicación de la reforma judicial todo estaba dicho, resultaron ser erráticos en dicha creencia.


Dígalo si no cuando, desde hace varias semanas, estamos siendo testigos del gran revuelo y las discrepancias que ha provocado ese proceso legislativo allá en el altiplano.

Como dijera el siempre bien recordado maestro Enrique González Pedrero, "los hechos hablan" y así, desde los primeros días de septiembre pasado, cuando la actual legislatura federal inició la discusión de la citada reforma ha reinado la rispidez en buena parte de las intervenciones de muchos de los legisladores federales --salvo honrosas excepciones-- sin faltar descalificaciones de unos contra otros, gritos, burlas, dimes y diretes, amenazas, medias verdades, etcétera.

De todo un poco, como en botica, diría la vox populi.

Más de cincuenta días han pasado y el asunto sigue siendo tema de debate, no sólo en el ámbito político, sino también en los medios de comunicación, prensa escrita, noticiarios de televisión.  redes sociales y allende las fronteras. Vaya!, hasta en la Universidad de Harvard esta semana durante un evento generó opiniones en pro y en contra. Y es que pareciera ser que lo que más está predominando es un verdadero diálogo de sordos,  donde los principales actores parecen estar hablando –desde hace un buen rato-- sin entenderse ni llegar a puntos de acuerdos comunes. 

Por ejemplo, mientras la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum de manera reiterada ha enfatizado que tal reforma derivó de un mandato dado por el pueblo al votar en las elecciones del pasado 2 de junio, lo cual --a decir de ella-- fue refrendado por los legisladores federales, por lo que la aplicación de la misma no está a discusión y nada lo puede evitar, por el otro lado, miembros (jueces, magistrados y trabajadores) del Poder Judicial de la Federación que hoy se encuentran en resistencia han participado en movilizaciones e incluso promovido demandas de amparo y controversias constitucionales. Manifestaciones que han provocado la solidaridad y el apoyo un amplio sector de la sociedad, así como su difusión con imparcialidad de algunos medios de comunicación y miembros de la clase política, colectivos y diversas agrupaciones sociales.

A tal grado han llegado las cosas, que en un hecho que podríamos calificar de inédito, hasta las actividades en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Poder Judicial de la Federación, se han visto alteradas con motivo del paro parcial de labores acordadas por la mayoría de servidores públicos de ambas instituciones quienes dicen estar actuando no sólo por lo que para ellos es la afectación en sus derechos, sino también por considerar que la reforma pone en riesgo la división de poderes y atenta contra la autonomía e independencia del Poder Judicial de la Federación y de los más de 1,600 jueces federales y magistrados de circuito. 

Los medios de comunicación han dado cuenta de juicios de amparo que han sido promovidos, en las cuales los quejosos (servidores públicos del poder judicial e institutos políticos) han solicitado la suspensión de los actos reclamados, medida   que ha sido concedida por los juzgadores federales, determinaciones a las cuales  --según ha trascendido--  no han dado cumplimiento las autoridades responsables, pero tampoco no se sabe porque razón.

Y según se ha difundido las resoluciones correspondientes al parecer no fueron impugnadas por dichas autoridades, y ahora, por el incumplimiento, están siendo requeridas e incluso, se dice que estás últimaspodrían estar incurriendo en   desacato.

Agréguele a ello un elemento más: la postura oficial en torno a la procedencia del juicio de amparo contra la reforma, cuestión que está pendiente de resolverse por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Como si todo eso no fuera suficiente, otro tema más es la famosa tómbola realizada en la Cámara de Senadores, para elegir los cargos que participarán en la elección de juzgadores federales y magistrados de circuito en junio de 2025. 

Así las cosas, en torno a este tema. Todo un brete en el arranque de este sexenio que, por el ruido que está generando, pareciera impedir un conocimiento más amplio de las presuntas bondades que, posiblemente, pudiera generar esta reforma judicial.             

(altar_mayor@yahoo.com.mx)