OPINIÓN

Desde la geopolítica
31/01/2025

El neoimperialismo trumpiano

EL MÉTODO TRUMP

Trump suele ser descrito como pacifista y aislacionista, por su desinterés en las guerras y su enfoque en la política interna de Estados Unidos. Sin embargo, esto no implica que renuncie al intervencionismo. Sus métodos para influir en los asuntos internos de otros países no recurren necesariamente a la vía militar, sino a estrategias alternativas de presión y control. Las amenazas de aranceles son un ejemplo. En materia de política exterior, Trump ha manifestado su interés por la compra de Groenlandia, aquí vemos otra estrategia neoimperialista: el uso del dinero para presionar. También, ha considerado que Canadá se una como el Estado 51. ¿Por qué? Porque estos dos tienen territorios cercanos al Océano Ártico, el cual alberga muchos recursos debajo del hielo y tiene el potencial de abrir nuevas rutas de comercio. Y ojo, si Estados Unidos tuviera este territorio y coloca misiles, tendrían un ataque directo hacia Rusia, a través del polo norte. También insinuó con recuperar el Canal de Panamá como símbolo de poder estadounidense en el hemisferio, porque desde allí puede controlar el flujo comercial y sobre todo, contrarrestar la influencia de China.

El neoimperialismo de Trump también se manifiesta en su rechazo a la cooperación internacional. Un ejemplo claro de esto fue su decisión de sacar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Acuerdo de París. Estas decisiones reflejan su visión de un Estados Unidos que actúa por su cuenta, sin someterse a las regulaciones y acuerdos internacionales que considera perjudiciales para los intereses nacionales. Otro elemento neoimperialista es su intención de finalizar la Guerra de Ucrania, negociando solo con Rusia. Esto no solo negaría la autonomía ucraniana, sino que evidenciaría el imperialismo estadounidense, al decidir sobre el futuro de otro país.

Trump tiene muchísimo poder, más que en su primera administración. Aquí lo he repetido muchas veces y lo seguiré recordando. Tiene mayoría en el Senado, en la Cámara de Representantes y una composición favorable de la Suprema Corte. Además, con el Partido Demócrata debilitado, pareciera que la única oposición factible son los gobernadores de los Estados y la sociedad civil. Inclusive, podríamos llegar a ver un tercer mandato de Trump, si se aprueba el proyecto de enmienda del senador republicano, Andy Ogles.

¿Es peligroso el discurso de Donald Trump? La respuesta es sí, y las razones son claras. Algunos elementos de su mensaje evocan reminiscencias de los discursos totalitarios del siglo XX. A lo largo de su carrera política, Trump ha emitido declaraciones como: "Los mexicanos están trayendo drogas, están trayendo crimen. Son violadores"; "Los inmigrantes están tomando nuestros empleos"; o "Los inmigrantes son animales". Si sustituimos "mexicanos" e "inmigrantes" por "judíos", el discurso se asemeja alarmantemente al de la Alemania de la década de 1940. No debemos subestimar las implicaciones de tales narrativas. Tampoco cometamos el error de desestimar a Trump como un "loco". Estas declaraciones no son meras ocurrencias; tienen un fin político detrás, y existe un potencial peligro en la forma en que son utilizadas para moldear la opinión pública y justificar políticas divisivas.





DEJA UN COMENTARIO