Coronavirus: alerta final
Hay que reconocerle al presidente López Obrador y al subsecretario López-Gatell que hayan transmitido al fin, con un sentido de urgencia
Hay que reconocerle al presidente López Obrador y al subsecretario López-Gatell que hayan transmitido al fin, con un sentido de urgencia , el momento crítico que vive México respecto de la pandemia del covid-19.
Creo que van con retraso en esto, y en otras cosas cruciales, como el equipamiento de hospitales, la compra de insumos y la protección del personal médico.
El Presidente no acaba de aceptar su propio mensaje y sigue contradiciéndolo, en giras riesgosas para él y para quienes acuden atraídos, de grado o por fuerza, por su presencia.
Increíble que al día siguiente de transmitir el mensaje de Quedarse en casa, el Presidente siguiera de gira y llegara a hospedarse en el hotel Lucerna de Culiacán, el mismo donde fue recluido el primer infectado de coronavirus.
Siguió su gira por el estado de Sinaloa, al paso que trascendía la noticia de la infección por coronavirus del gobernador de Hidalgo, que estuvo hace diez días en Palacio Nacional saludando y abrazando al Presidente, y del gobernador de Tabasco.
El mensaje trascendente del gobierno en estos días, sin embargo, no son esas giras, sino haber comunicado al fin, enfáticamente, el tamaño de la emergencia y lo que la gente debe hacer frente a ella: quedarse en casa.
López-Gatell fue muy claro sobre el carácter crítico de los días que vienen. La curva del brote infeccioso en México, dijo, está exactamente donde estaba, hace unas semanas, el de Italia. Es decir, con menos de mil infectados.
Si los mexicanos no se recluyen, no se defienden colectivamente del virus, dijo López Gatell, lo que podríamos ver aquí es lo que ha sucedido en Italia.
A la hora de escribir este artículo, Italia tenía registrados más de 97 mil infecciones y 10 mil 779 muertos .
Su colapso hospitalario era una historia cotidiana de terror, sus grandes ciudades estaban vacías, y habíamos visto al papa en la Plaza de San Pedro impartiendo una solitaria bendición bajo la lluvia.
Si eso es lo que ve adelante el subsecretario López-Gatell para México, se comprenden su apremio y su angustia, y se agradece su claridad.