OPINIÓN

Cambia, todo cambia.
08/04/2025

El Ídolo de las Carpas: Palillo y su Legado Irreverente.

Jesús Martínez, mejor conocido como "Palillo", durante la época dorada de los teatros y carpas ubicadas en la Ciudad de México, fue considerado el "ídolo de San Juan de Letrán", calle que con los años devino en Eje Central Lázaro Cárdenas, y fue precisamente en esta avenida que a finales de los años setenta y principios de los ochenta pude ver a "Palillo", y aunque no recuerdo bien si fue en el Teatro Garibaldi o en el Nuevo Folies (ambos ubicados frente a la Plaza Garibaldi), sí tengo presente a la perfección una de sus rutinas.

          El escenario tenía como telón de fondo una imagen con la fachada del Palacio Nacional, lo que daba la impresión de que "Palillo" y su "Patiño" estaban parados en la plancha del Zócalo, manteniendo una conversación en la cual el actor caracterizado como "turista gringo", vestido a la usanza gringa de los turistas de ese país, con cámara fotográfica colgada al cuello, le dice a su interlocutor, con su mal español de gringo: "Yo me puedo parar frente a la Casa Blanca y gritar improperios en contra del presidente de Estados Unidos, y no me pasa nada".

          Una vez escuchado lo anterior, "Palillo", muy ufano y seguro de sí, le respondía: "Eso no es nada gringuito, yo también me puedo parar frente al Palacio Nacional y gritar improperios en contra del presidente de Estados Unidos, y no me pasa nada". Y no está de más decir que al escuchar esto, el público estallaba en risas y en aplausos. Pero tampoco está de más traer a colación dos aspectos.

          Primero, el caso de México, país en el cual durante décadas estuvo prohibido hablar del presidente si no era para llenarlo de loas y elogios, y quien se atrevía hacerlo era víctima de sanciones (¿represión?) por parte del gobierno, como era la situación del mismo "Palillo" que tenía que salir a actuar bajo la protección de un Amparo judicial, mismo que en ocasiones no fue suficiente y era detenido y remitido a la comisaría más cercana al teatro o carpa en donde se presentaba el cómico tapatío. Y cómo no iba a ser perseguido, reconocía el público, si a los políticos les decía: "Malditos políticos abusivos, rateros, lacras, pulpos  chupeteadores, pocalucha, debería darles vergüenza robarles a los infelices, qué escasa madre tienen, nacieron en incubadora, descastados".

          Pero llegó el primero de diciembre de 2018, y todo cambió, y quienes antes guardaron silencio frente al presidente de la república en turno, o si hablaban era para decirle lo muy bueno que era, ahora se desgañitan gritando a los cuatro vientos, o frente al micrófono y cámaras de televisión o de celulares, o frente a la página de sus periódicos o revistas, o en sus redes sociales, ofensas e improperios en contra de quienes durante los más recientes seis años han ocupado la presidencia de México: Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo, llegando incluso a mentarle la madre al primero, y sobre la segunda referirse a ella con expresiones llenas de misoginia, racismo, sexismo, xenofobia, entre otras linduras. Y lo hacen sin que tengan algún tipo de reacción en su contra por parte del gobierno federal, aunque ellos se llenan la boca (¿el bolsillo?) diciendo que se vive una dictadura y que la censura está al orden del día.

          Después, el caso de Estados Unidos, el auto nombrado país de las libertades, situación que fue así hasta que llegó el 20 de enero de 2025, día en que hizo su arribo a la Oficina Oval el actual presidente de ese país, Donald Trump, y junto a él se aposentó la censura y la persecución,  y ahora no hay turista gringo que venga a México a presumir que puede plantarse frente a la Casa Blanca y decir improperios en contra del presidente de Estados Unidos, y no le pasa nada.

          Y es que, no cabe duda, los tiempos actuales ya no son aquellos tiempos de antaño en que vivieron "Palillo" y el turista gringo de su puesta en escena. O como bien canta Mercedes Sosa: "Cambia, todo cambia".




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