PARADEROS
La cuarta transformación, cambiar las inercias del viejo sistema
Era costumbre en el viejo sistema de partido único y de un solo hombre (aunque fuera sexenal) que al inicio del sexenio repartiera cargos a diestra y siniestra sin reparar en la capacidad más que en la necesidad de pagar supuestos favores.
Y también que casi al final del mandato se repartieran notarías, concesiones varias y sobre todo placas de taxis. También contratos y la adquisición de deudas con la consigna de que "el que llega paga".
Una mala costumbre, que por cierto fue cortada de tajo en Tlaxcala, único estado que el presidente López Obrador puso de ejemplo: dejar hipotecada a la administración pública. En aquella entidad NO SE PERMITE adquirir empréstitos que trasciendan el sexenio en cuestión y tampoco que no sean para inversiones.
Ayer se anunció que la Secretaría de Movilidad se propone entregar más de 600 permisos con el cobijo de "transporte público individual en la modalidad de compartido y especial por arrendamiento a través de la plataforma tecnológica".
Un adelanto que no dejó de sorprender a los círculos cercanos a Javier May, porque las concesiones tendrán una vigencia ¡de cinco años!
El presidente López Obrador dijo el 15 de junio a propósito de los alimentos pero aplicable a toda la actividad privada de servicios y productos básicos: "tenemos que buscar la manera de democratizar la actividad productiva" y combatir las "asociaciones de élite". ¿Un desafío?