16 DE JUNIO, SEGUNDA INVASIÓN NORTEAMERICANA DE TABASCO
En la parte antigua de nuestra ciudad, entre la calle Allende y Paseo Tabasco, existe la calle M. Bruno
En la parte antigua de nuestra ciudad, entre la calle Allende y Paseo Tabasco, existe la calle M. Bruno, que perpetúa la memoria del ilustre colombiano Coronel don Miguel Bruno, defensor de nuestra capital durante la segunda invasión norteamericana en 1847.
El 16 de junio de 1847, hace 176 años, se presentó nuevamente frente a la entonces San Juan Bautista una escuadra norteamericana, pero ahora con más armamento y barcos, y nueva estrategia, pues desembarcaron tropas en Acachapan y Colmena y atacaron por tierra y agua y nuevamente bombardearon, incendiaron y saquearon nuestra ciudad, que en esta ocasión si fue tomada, por lo que los poderes hubieron de trasladarse nuevamente a Tacotalpa.
Los invasores norteamericanos permanecieron en nuestra capital 35 días, hasta el 22 de julio de 1847 y se autonombró Gobernador intervencionista Gershom J. Van Brut, hasta que ya no pudieron seguir resistiendo la guerra de guerrilla que comandaba el Coronel don Miguel Bruno, y por segunda ocasión, derrotados, se batieron en retirada. Durante ese tiempo, diariamente moría algún invasor, y en represalia, cada día incendiaban 10 casas de nuestra capital.
Tenemos que exaltar que en tanto que en el centro del país nuestro ejército sufría derrota tras derrota, las armas tabasqueñas por segunda ocasión se cubrían de gloria. Fue tomada la ciudad de México y se consumó el despojo que sufrió nuestro país, pero Tabasco permaneció libre y sin ser ocupado, gracias a la hidalguía de los habitantes de esta ciudad.
Este ilustre coronel, don Miguel Bruno Daza, antes había participado en la Batalla de Cerro Gordo, en las afueras de Xalapa Veracruz, defendiendo el territorio nacional ante la invasión norteamericana, tras la cual se trasladó a Tabasco, donde había formado familia, y encabezó la resistencia, defensa y finalmente la liberación de nuestra capital.
Después de la expulsión de los invasores, Miguel Bruno se asumió como comandante militar de Tabasco y tuvo serias diferencias con el gobernador Justo Santa Ana, el mismo que en lugar de enfrentar a los invasores había trasladado los poderes a Tacotalpa, diferencias que se agudizaron, y el Presidente José Joaquín Herrera nombró nuevo comandante militar al general guatemalteco Manuel María Escobar, y ordenaron la aprehensión, encarcelamiento, incomunicado y engrillado en un calabozo, de Miguel Bruno, y juicio por demás injusto en que fue condenado a muerte.
Fue fusilado a un costado de la Plaza de Armas 17 de noviembre de 1848, y su cadáver recogido por sus numerosos seguidores y llevado en un féretro de caoba a la iglesia de la Concepción cercana, ante la protesta generalizada, pues Bruno era considerado el patriota héroe vencedor de la invasión norteamericana.
Miguel Bruno vino muy niño a Tabasco con sus padres don Pedro Bruno y doña Carmen Daza, viviendo su niñez y juventud en el puerto de Frontera. El nombre de este ilustre tabasqueño nacido en Colombia, que participó en la Batalla de Cerro Gordo, en la primera batalla de Tabasco de octubre 25 de 1846, y dirigió la expulsión de los invasores norteamericanos en la segunda batalla de Tabasco de junio de 1847, merece que su nombre se inscriba con letras de oro en el Muro de Honor del Congreso del Estado.
Y una vez más insistimos ante nuestras autoridades estatales y municipales que nuestra capital debería ser declarada TRES VECES HERÓICA por épica defensa de dos invasiones norteamericanas y una francesa, en que el territorio tabasqueño permaneció libre de la afrenta extranjera.