Dentro de la casa de una colonia popular de la Ciudad de León, Guanajuato un grupo de sicarios intervinieron para disparar a hombres, mujeres y niños reunidos durante la celebración de un bautizo. Los testigos de la masacre recuerdan hoy a sus seres queridos fallecido en la agresión. 

A los sicarios no les importó que hubiera niños entre los asistentes a la reunión, quienes los agredieron sin piedad. 

José Pérez, familiar de las víctimas recuerda cómo quedaron los cuerpos: “Se han de haber metido porque ahí quedaron los cuerpos de mis sobrinos y el de mi hermano, en el pasillito, como que iban corriendo para allá y ahí los agarraron. Llevaba a la niña mi sobrino... A la niña no le hicieron nada”. 

María es religiosa y hermana de José Salomé, otra de las víctimas mortales; así recuerda a su hermano y a sus tres sobrinos que perdieron la vida en esta masacre: 

“Era muy buena gente, no era muy que hablara mucho pero era buena gente... Cuando nos juntábamos platicaban, así cuando estábamos comiendo iban a la mesa cuando estábamos comiendo eran muy cariñosos conmigo mis sobrinos llegaban y me abrazaban ¿Cómo está tía? todos, todos porque eran cariñosos porque sus papás les enseñaron”, recuerda María. 

Teresa, estaba en el bautizo cuando ocurrió el ataque en el que murieron sus primos, su tío y su papá: 

“Ya estábamos arreglando para podernos acostar porque pues todos se iban a quedar aquí... Uno no capta bien lo que está pasando uno quiere que lo pellizquen para despertar de esto y que no sea cierto”, se lamenta Tere. 

Identifican a las víctimas de masacre 

Este lunes hubo velas para recordar a las seis víctimas de la masacre : José Salomé, de 65 años; José Antonio de 25; Juan José, de 17 años; Cynthia, de 20; Mayra Guadalupe, de 44 años y Hugo, de 34. 

La Secretaria de Seguridad municipal en un comunicado confirmó que hay ocho personas más lesionadas, entre ellas niños y uno de ellos se encuentra grave. 

Hasta ahora nada se sabe de los responsables de esta nueva masacre en Guanajuato y, a decir de Seguridad Pública de León, la colonia que habitaban las víctimas es una de las 40 consideradas con más altos índices de violencia.