URIQUE

El contexto pues, en el que se presenta hoy el asesinato a sangre fría -y con testigos-

El gobierno de Enrique Peña Nieto, si bien enfrentó crisis por asesinato de periodistas, feminicidios y hasta de conflicto de intereses por la “Casa Blanca” de Angélica Rivera, su punto álgido lo representó el asesinato de estudiantes en Ayotzinapa.

La lenta respuesta del Estado ante los asesinatos, marcaron en el ámbito nacional e internacional al último de los gobiernos priistas, previo a la llegada de la 4T.

El contexto pues, en el que se presenta hoy el asesinato a sangre fría -y con testigos- de los dos sacerdotes jesuitas que entregaron su vida a las comunidades tarahumaras, ha sacado de su zona de confort a la Presidencia de la República.

Los sucesos en Urique Chihuahua, está presto a convertirse en el principal reto a la política de combate a la inseguridad y el crimen organizado, debido a que el tema ha tomado la agenda de medios en el mundo, después del posicionamiento del Papa Francisco, desde Ciudad Vaticano, condenando el hecho.

La “crisis de Urique” viene acompañada del último informe del congreso de Estados Unidos sobre crimen organizado en México, señalando los carteles de Sinaloa, Juárez y Nueva Generación como los principales generadores de violencia en Chihuahua.

De acuerdo con el Programa de Política de Drogas (PPD) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en el estado de Chihuahua operan al menos doce grupos criminales que forman parte de las estructuras y alianzas de los grandes cárteles: Gente Nueva, El Jaguar, Cártel del Poniente, Artistas Asesinos, Los Mexicles, Los Salazar, Nuevo Cártel de Juárez, Cártel de Juárez, La Güera, La Línea, Los Cabrera y Los Salgueiro.

El suceso generó además información emitida por la organización Centro Católico Multimedial, que señaló que, en los últimos 10 años en zonas controladas por los carteles en México 30 curas defensores de los derechos humanos han sido asesinados.

Es pues, la primera ocasión en que la política de “abrazos, no balazos” del presidente AMLO está bajo la lupa internacional.

El Padre Javier Campos, quien dedicó 34 años de su vida a convivir con los Tarahumaras, hablaba su lengua, conocía sus casas y sus caminos; en tanto, el Padre Joaquín César Mora quien desde los 16 años ingresó a la Compañía de Jesús, durante los últimos 23 años había entregado su vida para servir a los Tarahumaras.

El pasado 20 de junio ambos sacerdotes intentaron evitar el asesinato de un guía de turistas y fueron abatidos; un tercer sacerdote – Jesús Reyes- sobrevivió, identificando al responsable del doble homicidio como el líder criminal José Noriel Portillo, alias “El Chueco” -quien dirige una célula del grupo delictivo “Gente Nueva”, considerado como el brazo armado y operativo del Cártel de Sinaloa en Chihuahua-.

Ayer por la tarde, se anunció la recuperación de los cuerpos que habían sido sustraídos por la misma delincuencia organizada.

El costo político, habrá que digerirlo aún.

Kybalión.- En 2006 Roberto Madrazo Pintado, impulsó a Francisco Herrera León, como prospecto a la gubernatura del estado. No le dio para lograrlo y el entonces gobernador se lo recomendó a Manlio Fabio Beltrones en el Senado de la República.

Después de una carrera vertiginosa que lo llevó de la alcaldía de Centla a la diputación federal y luego al Senado, el declive comenzó en los terrenos del sonorense.

Pancho Botella, ejecutó ahí su primera traición al PRI luego de confabularse con el ya panista Rafael Moreno Valle (+) y sumar el bloque de los 13 senadores que le jugaron las contras a Beltrones, durante la batalla cameral por el aumento al IVA.

Manlio Fabio se lo regresó a Andrés Granier con la etiqueta de no confiable y fue ahí ya en 2012 cuando al no lograr ser postulado como diputado plurinominal, colocó el primer clavo al ataúd de los priistas.

Lo de Güemes es peccata minuta, las traiciones del zar del aeropuerto, da para un libro.