Vox Populi
La integración de las Legislaturas en el Congreso de la Unión, senadurías y diputaciones ha sido motivo de innumerables debates respecto de su reducción o no en los plurinominales
La integración de las Legislaturas en el Congreso de la Unión, senadurías y diputaciones ha sido motivo de innumerables debates respecto de su reducción o no en los plurinominales. Incluso en la coyuntura fue compromiso de los expresidentes Vicente Fox, Felpe Calderón y Enrique Peña Nieto, hasta que Andrés Manuel López Obrador la incorporó en su Iniciativa con Proyecto de Decreto. Aunque lo idóneo sería mantener de origen a los Representantes Populares electos por Mayoría Relativa.
Cada una de las 300 Diputaciones Distritales están definida por criterio poblacional guardando entre estas el equilibrio de representatividad, motivo de actualización cada 10 años, sobre la base del Censo de Población y Vivienda, una atribución constitucional asignada a la Autoridad Electoral Nacional, incluso en el ámbito de las 32 Entidades Federativas, los estados.
Comprendido que las Diputaciones son de Representación Popular tendría que mantener su esencia per se, habida cuenta que en lo individual asumen una Autoridad que se debe a la población de su Distrito.
Por lo contrario, el fundamento de Representación Popular Distrital se diluiría en el escenario de que procediera la propuesta del Gobierno de la República que propone integrar una sola lista por Localidad, en el que ni los elegidos ni los electores sabrían quién con quién, valga el juego del fraseo.
En el fondo de la forma la Democracia Participativa, quienes eligen por Voluntad Popular, no tendrán manera de exigir a la Democracia Representativa, en este caso las Diputaciones, de la manera como sí se tiene claro en la actualidad entre el colectivo social quien les representa sus intereses, lo comprometido que motivo a su elección.
Sin embargo, en la dicotomía ni los Electores acompañan y exigen el cumplimiento de los compromisos que en la lógica pasan a ser una alianza, ni los Elegidos se interesan por rendir cuentas de sus acciones, además de no conocer lo elemental de las problemáticas en su Distrito Federal. El pequeño gran problema entraña una corresponsabilidad.
La Representación Distrital en la Cámara de Diputados Federal en el Congreso de la Unión, como también ocurre en las Cámaras Estatales, no es asunto menor, sino que esta es la estructura que se tiene diseñada que en el discurrir del tiempo evolucionó desde que el país se constituyó el 4 de octubre de 1824, dicho sea de paso, próximo a cumplir 200 años.
Una estructura territorial representativa que igual se tiene en otras naciones, incluido el vecino, los Estados Unidos de América, denominados Cámara de Representantes. Ahora que la vertebración en el Ecosistema Electoral es un asunto particular.
El entramado de la Democracia sí es preocupante y debe ocuparle a los Representantes Populares en salvaguardar la vigencia actual e idónea del Modelo Electoral para un país que se precia de ser «Republicano, Representativo, Democrático, Laico y Federal», plasmado en el Artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
La corresponsabilidad del Ejecutivo, sin distinción del Régimen que proponga debe ser de respetar la esencia de lo preceptuado en la Constitución; sobre todo lo Democrático, Representativo y Federal, y del Legislativo salvaguardar estos Principios, aún más cuando se trata de un asunto en el que tiene todo que ver la Voluntad Popular, la sociedad.
El conflicto de interés tiene otro foco en la controversia por las Diputaciones por el Principio de Representatividad Proporcional, las Plurinominales que antaño se denominaron de Partido. Una Cuota de Poder que no estarán dispuestos a ceder ni unos ni otros, obteniendo tantas como la votación lograda.
El desafío de la Calidad de la Democracia también debe ser tema para considerar sobre la base del actual Sistema Nacional de Elecciones evolucionado su andamiaje durante 45 años, implicando subir el umbral de votación mínima a 5 por ciento para que Partidos Políticos y Candidaturas se exijan a ser competitivos, en el contexto de las 300 Diputaciones Distritales, las de Mayoría Relativa.
Las Senadurías deben también ser una fórmula de 2 por cada una las 32 Entidades Federativas, en total las 64 que hubo hasta antes de la Reforma de 1993.