Poder Político

Opino que hay una evidente mezquindad pretender desarticular desde el cogobierno a un organismo autónomo

A quien corresponda

No es pertinente conciliar una Reforma Política Electoral en los tiempos y circunstancias contemporáneas de una aguda polarización entre la clase cogobernante. Un cambio en el Sistema Electoral que no admite  caprichos, ni rencores, ni arrebatos, ni intereses viscerales, cuando se trata del principal activo democrático, el cuarto integrante de la división de poderes públicos  de México que en voluntad popular elige al Ejecutivo, al Legislativo, y de ambos emerge el Judicial.

Desde luego, no es el momento para desmembrar un Sistema Nacional de Elecciones en el cual el Instituto Nacional Electoral es rector que reglamenta además a los 32 Organismos Públicos Locales, sólo por el hecho de que el árbitro se mantiene en su rol institucional de carácter técnico que le corresponde, alejado de la politización a la que se la pretende involucrar.

Opino que hay una evidente mezquindad pretender desarticular desde el cogobierno a un organismo autónomo, porque quien preside el Consejo General del INE no acepta someterse a una obediencia ciega, con responsabilidad de regirse sólo por los Principios Constitucionales de Certeza, Legalidad, Independencia, Imparcialidad y Máxima Publicidad, como organizador de las votaciones.

La Reforma que se pretende forzar con calzador no puede ni debe proceder en coyuntura de una muy próxima elección macro prevista el 2 de junio de 2024, en la que se elegirán al Presidente de México, Congresistas de la Unión,  senadores y diputados, además de 9 gubernaturas, así como alcaldías y/o legislaturas en todo el país.

El Sistema Electoral en el ámbito de la Constitución y leyes secundarias son perfectibles por naturaleza propia, aunque no es el momento. La anterior legislatura debió consensuar la transformación y no la destrucción del entramado democrático, que no prosperó por las razones en el fondo de la forma los diputados y senadores están obligados a responderle al colectivo social.

En buenas intenciones quedaron rezagadas 131 iniciativas de ley con proyecto de decreto que en el ámbito de lo electoral fueron presentadas entre septiembre de 2018 y abril de 2019, por ambas Cámaras del Congreso de la Unión. No hubo la observancia de la práctica parlamentaria entre las partes para que trascendiera una minuta que integrara las iniciativas.

Incluso en la mayoría coaligada calificada de la LXIV Legislatura, la 2018-2021, que refrendaron el vínculo de afinidad, en particular cuando se trató reducir en un 50 por ciento el financiamiento a partidos políticos, los aliados se sumaron a los adversarios para votar en bloque por la negativa. 

El proceso de democratización en la gobernanza mexicana que tiene su origen en la Reforma de 1977 con la tutela de Jesús Reyes Heroles, entonces Secretario de Gobernación, quien entre sus aportaciones abrió el Sistema de Partidos Políticos a la inserción de otras opciones que incluso operaban en la clandestinidad, en particular los de corte comunista socialista, que al cabo del tiempo desembocó en un árbitro electoral autónomo que reglamenta incluso a las partidos.

El entramado electoral mexicano no está para ser tomado como rehén de una sinrazón que ha llevado al Ejecutivo Federal a proponer que Consejeros y Magistrados Electorales sean elegidos por el voto ciudadano, cuando estos tienen una rigurosa reglamentación que exige seleccionar y designar a los perfiles idóneos en el conocimiento técnico y de competencias. 

El planteamiento del Jefe del Estado Mexicano no puede permitir rebajarse a actitudes que no corresponden con su investidura. Aún menos faltar a la sensatez del colectivo social que tiene entre sus derechos políticos ejercer un voto informado además de reflexionado por quienes considere, ese 2 de junio de 2024, deben ser sus próximas Autoridades Públicas de Gobierno, Federal, y Locales.


Bitácora

Se acerca la hora de votar este 10 de abril por la revocación de mandato del Presidente de México, ante una eventual falta de confianza, o bien por la ratificarle en el cargo. Un voto que debe ser libre y responsable, no influenciado. 

eduhdez@yahoo.com