PLANO TANGENTE
¿A DÓNDE VAN LAS IDEAS?
La innovación, el emprendimiento y el conocimiento se consideran las bases del desarrollo económico. Destaca el papel de la "transformación de la tecnología y las ideas en innovación" en el crecimiento económico regional. En este marco, las empresas emprendedoras se dedican a traducir el conocimiento existente en uno económico. Como causa y consecuencia, tienen un mejor desempeño en innovación y en la comercialización del conocimiento. A pesar de su relevancia, no se inculca lo suficiente el emprendimiento dentro del sistema de innovación regional del sureste de México.
En el sureste, las instituciones y organizaciones débiles son los determinantes de la baja capacidad de innovación regional. En China, por ejemplo, el gobierno cumple un papel clave, ya que asume la tarea de promover el flujo de conocimiento regional, mejorar el emprendimiento empresarial y lograr la innovación sostenible. La política de emprendimiento proporciona incentivos para los participantes en el sistema de innovación regional, incluidas las universidades, las empresas y el gobierno. Además, proporcionar facilidades fiscales y tributarias para las empresas y alentar la innovación de talento también son partes importantes de una política de emprendimiento.
Al analizar el protagonismo de la innovación en el crecimiento económico, los investigadores deben tomar en consideración que el desarrollo desequilibrado es un problema común en todo el mundo. Los logros de cada país en términos de innovación científica y tecnológica han acumulado cada vez más importancia. En 2024, por decimocuarto año consecutivo, Suiza es la economía más innovadora, seguida de Suecia, Estados Unidos, Singapur y el Reino Unido. Los 14 primeros países incluyen también a República de Corea, Finlandia, Países bajos, Alemania, Dinamarca, China, Francia, Japón y Canadá.
México ocupa el puesto 56 en el Índice de Innovación Global y la tercera posición en Latinoamérica, después de Brasil y Chile. Las publicaciones científicas de México disminuyeron un 7.2 % en el periodo 2022-2023, después de mantener un aumento del 4.9% en el lapso comprendido entre el 2012 y el 2023. En el caso de las patentes internacionales, también disminuyeron un 18.4 %. El mismo informe muestra la relación entre los niveles de ingresos (PIB per cápita) y el desempeño en materia de innovación (puntuación en el Índice de Innovación Global), y México tiene un desempeño por debajo de las expectativas.
En México, los graduados en ciencias e ingeniería representaron el 24.34 % del total de egresados en 2021, una reducción de 1.48 puntos porcentuales respecto al año anterior, y equivalente a un rango de indicador de 50. En 2021 un investigador equivalía a 384.09 productos negociables en bolsa (ETP) por millón de habitantes; que es un valioso indicador que calcula el rendimiento real de un equipo de trabajo, se trate de toda la organización o de cada uno de los departamentos de una empresa. Esto supuso un 7.29 % más que el año anterior, lo que arroja un indicador de 80. Por tener una comparación, la estadística de Brasil fue igual a 888.46 ETP por millón de habitantes, un 5.87% más que el año anterior, y equivalente a un rango de indicador de 54.
Este estudio explora un complejo mecanismo: una sola política de emprendimiento no necesariamente conduce a un alto índice de innovación, pero su combinación puede mejorarlo. Hay incontables abordajes de los que se pueden valer las políticas. Por ejemplo, pueden implementar un enfoque integral que abarque diferentes sectores, desde la educación hasta las políticas públicas y el entorno empresarial. También pueden especializarse en fomentar la educación y capacitación al incluir en los planes de estudios programas que desarrollen habilidades como pensamiento crítico, creatividad, resolución de problemas y trabajo en equipo. Otra filosofía es allanar el camino para las y los emprendedores. Por ejemplo, facilitando el acceso a cursos sobre gestión empresarial, marketing digital, finanzas y tecnología para potenciales emprendedores; creando fondos de capital semilla, capital de riesgo e incentivos fiscales para startups; ampliando el acceso a créditos para pequeñas iniciativas; y, en general, simplificando el acceso a préstamos y líneas de crédito para emprendedores.
Urge hacer una aclaración cuando se habla del emprendimiento: monetizar el conocimiento no significa prostituirlo. El dinero no puede ser el fin último de quien emprende, sino un medio para dar sustento a su innovación. Así es como el emprendimiento retroalimenta y retribuye a la inventiva. El déficit de emprendimiento en México y su sureste es un síntoma más de otras enfermedades más graves, como la flaqueza de la educación, la obsolescencia de las políticas públicas y la falta de propósito de las universidades. No sirve dejar a medias el proceso. Es momento de interpretar la información; transformarla en algo de valor. Y el tiempo apremia, porque entre más tardemos, menos ideas se nos van a ocurrir. (jorgequirozcasanova@gmail.com)