Paraderos
Morena y sus liderazgos nacionales y estatales, tiempo de definiciones
En septiembre próximo se renovará la dirigencia nacional de Morena. Su aún dirigente y próximo secretario de Educación, Mario Delgado, ha marcado los tiempos para que se alija a su sucesor o sucesora. El relevo se consumará antes de que asuma la presidencia de la República, la doctora Claudia Sheinbaum.
Hasta el momento, sólo la secretaria de Gobernación, María Luisa Alcalde Luján, ha levantado la mano. "Para mí sería un honor poder presidir Morena, poder trabajar en la consolidación del partido", dijo la funcionaria.
Nadie más ha entrado al quite. Tal parece se encamina en solitario a ese cargo político. Por supuesto, cuenta con la venia presidencial y de la presidenta electa. En declaraciones públicas, ambos han expresado se beneplácito de que ella tome las riendas de Morena.
La secretaria general, Citlalli Hernández había manifestado interés en dirigir su partido, pero cuando vio que Alcalde alzó la mano, optó por desistir.
Se cumplirán todos los procedimientos establecidos en los estatutos para darle legitimidad al arribo de Luisa María a la presidencia de Morena. Una vez renovada la dirigencia nacional, vendrán los cambios en las dirigencias estatales.
En Tabasco seguramente se optará también por una mujer en la presidencia partidista. Revisando perfiles de quiénes podrían dirigir Morena, el más idóneo es el da la diputada federal, Lorena Méndez Denis.
Es una mujer fogueada en la lucha política y partidista. Conoce a fondo la estructura, sabe cómo organizarla y sacarle el mejor provecho a favor del movimiento. Es, además, una eficaz operadora política. Ha contribuido mucho a ganar batallas electorales.
Tiene el total respaldo y la confianza plena del gobernador electo, Javier May Rodríguez, que no es poca cosa. Se requerirá de un cuadro de este calibre para afianzar a Morena como partido mayoritario.
Faltan tres años para las elecciones intermedias, pero no hay tiempo que perder. Será la primera en la que ya no se contará con el efecto AMLO, de modo que hay mucho trabajo por delante para mantener firme el liderazgo en la entidad.
