La raíz de la corrupción en nuestro tiempo y cómo controlar su parte financiera (I)

La Corrupción pueda ser dividida en dos partes fundamentales: la Financiera y la No Financiera

Parte 1: Las bases de nuestro problema de Corrupción Publica

Introducción

Los actos de corrupción que trataremos aquí son la perversión de un proceso público previamente acordado mediante el encubrimiento de la información básica de los detalles del trato real en contraste con el trato establecido por ley, por costumbre, por la palabra empeñada, etc. Tiene que haber dos cosas: un trato teórico y supuesto que se aparenta; y otro trato real que se contrapone al primero, esquilma recursos del Pueblo a favor de los actores en el acto mencionado, y se esconde la información real para que funcione la transa. Los participantes producen el Acto de Corrupción como si fuera uno limpio, presentando la información falsa como si fuera la verdadera, la real como si fuera la deseada.

La Corrupción existe desde que los humanos comenzaron a atesorar bienes y adquirir poder sobre los recursos de otros. Ya para los tiempos del Emperador Chandragupta Maurya, circa 300 AC, su padre adoptivo, Kautilya (también llamado Chanakya), quien lo llevó al trono de la India, en su libro clásico, Arthashastra, El Arte del Gobierno, compiló decenas de actos de corrupción pública para su detección y control por parte del Emperador. Así, la Corrupción Pública es un tema vasto que requiere ciertos elementos para que lo atendiera cualquier gobierno con algún grado de éxito.

La Corrupción pueda ser dividida en dos partes fundamentales: la Financiera y la No Financiera, aunque muchos actos de corrupción tendrán elementos de ambas partes. Sin embargo, es mi creencia, basada en más de medio siglo de ver como evoluciona el Acto de Corrupción en la palestra pública, por muchas razones, hay que comenzar con la parte financiera por las razones siguientes.

Primero, porque las finanzas sostienen a la otra parte, el dinero convenciendo a las personas, quienes no entrarían en el Acto de otra manera, a entrar por el dinero. Es mi experiencia que aun personas normalmente honestas transan si se sienten libres de una verdadera contabilización de sus acciones. Segundo, la valoración del recurso público es exacto y firme en el caso financiero. Sabemos con gran precisión cuál es el monto real, el monto fingido, y la diferencia entre los dos. Tercero, la medición del tamaño de la Corrupción también está definido con exactitud. Y finalmente, el proceso de contabilización financiera pudiera ser bastante completo y congruente con un esfuerzo positivo en contra de la Corrupción.

I.                  Los dos Modelos y la transición entre ellos.

También, es importante que menciono la existencia, en forma simultánea, de dos modelos de vida, el avance de la humanidad siendo medido en su paso del uno al otro. El primer modelo, el Imperial, está construido en base a un Emperador quien nombra otros emperadores menores, y así sucesivamente hasta que toda la estructura gubernamental esté constituido de emperadores en sus respectivas esferas con sus tallas proporcionales a sus puestos y lazos, todas las cuales atienden a los personajes importantes y poderosos quienes puedan exigir una atención prioritaria. Se ponen los recursos de todos a la disposición de pocos, el tipo de Corrupción más grande de todas, pero bastante aceptado por los seguidores del modelo. El Ciudadano no pinta en este modelo que además opera en forma vertical, personalista y centralista, y el Gobernante no tiene por qué molestarse en responder a los Ciudadanos, acaso una declaración general y escueta cada año de uno de sus colaboradores.

A través del tiempo, y especialmente con el esfuerzo extraordinario del Pueblo inglés durante siglos, este Modelo Imperial ha estado siendo modificado para darnos el Modelo Democrático, esencialmente opuesto al otro modelo. Ahora, el Pueblo está arriba, y el Gobernante ejecuta la voluntad del Pueblo con los recursos del Pueblo, y todos lo saben que así es el trato, y no otro. Él muestra todo lo que hace, no hay nada escondida del Pueblo, como un ejecutivo corporativo trabaja bajo las instrucciones de los accionistas. Este modelo funciona en forma transversal y lateral, impersonal y descentralizado. Los importantes no tienen prioridad en el Modelo y reciben un trato igual que los demás ciudadanos, y por ello se oponen al Modelo Democrático en todas las formas que puedan, por haberse perdido su posición histórica de “importante”, aunque aleguen otros factores.

En México, estamos transitando del Modelo Imperial al Democrático. Esta transición va avanzando desde sectores ya plenamente democratizados a otros firmemente casados con el Modelo Imperial. Los dos modelos están contrapuestos, pero conectados. Las características (políticas, económicas, sociales y culturales) de ambos modelos hemos descrito en detalle en nuestro libro, “México y su Modelo de Desarrollo”. Aquí, solamente refiriéndome al tema de la Corrupción, brevemente me permito señalar al lector las grandes diferencias entre los dos enfoques, estrategias y métodos.

En el Modelo Imperial, los recursos son del Emperador en turno. Es común escuchar que el presupuesto público es del presidente o del gobernador. Así se dice y nadie lo cuestiona, ya que al hacerlo lo sacarían de su puesto de inmediato por deslealtad al gobernante, aunque sea leal al Pueblo. Desde luego, el presupuesto del gobernante se ejerce según algunas reglas que existen para aquella parte que el gobernante no puede tocar con facilidad. Pero, para la parte que le interesa al gobernante, efectivamente la única regla para los involucrados es hacer cumplir su voluntad con lealtad. La Corrupción consecuente es el resultado natural del modelo mismo, y no se puede evitar, aunque con buenos gobernantes, se reduce considerablemente. (El autor es Doctor en Economía, especialista en planeación y finanzas, colaborador de PRESENTE)