La extravagancia de los ricos.

Decir que las desigualdades, la corrupción y la violencia, no solo han permanecido en el país

Resulta lamentable que la realidad supere por mucho la ficción. Y es que el peor enemigo de los mexicanos son los mismos mexicanos; me da pena decir lo anterior, porque hay personas que no obstante estar bien capacitadas, ser admirables en el ejercicio de sus trabajos y responsabilidades, cuando se encuentran fuera del presupuesto, les gane el egoísmo, el resentimiento y la frustración.

Decir que las desigualdades, la corrupción y la violencia, no solo han permanecido en el país, sino que se han profundizado al punto de que este año cuando han transcurridos dos días, vivimos en el país más desigual, corrupto y violento del planeta, no es únicamente una exageración sino el arrojo de una enorme frustración y resentimiento. 

Esto me recuerda cuando un compañero que ocupó un buen cargo en la Comisión para el Desarrollo de las Zonas Petroleras Codezpet,  y logró ser dueño de una unión de transportes en Oaxaca conformada con los recursos que obtuvo en Tabasco. Cuando devino de más a menos y en una posición modesta, me mostró una crítica escrita que hacía al gobernante en turno, -me dijo- dame tu opinión. Después de leerla le respondí que lo único que veía era una gran frustración y resentimiento, porque no creía que eso lo pudiera haber pensado cuando estaba en la Codezpet. Mirándome seriamente me preguntó: ¿en serio es lo que ves? Lo reafirmé y dignamente lo hizo añico y arrojó a la basura.

Es evidente que nuestro país atraviesa por serios problemas, pero no podemos endilgar todo al gobierno actual. Tampoco ignorar el contexto en el que se están dando las cosas, mucho menos la historia que nos muestra que quienes pierden el poder, harán hasta lo imposible con uñas, dientes y rabia, para recuperar sus privilegios. Más si en ello, pueden perder las riquezas mal habidas, libertad y responde a la justicia. 

Querer hacernos creer que este gobierno está tratando de buscar culpables “en vez de convocar a erradicar las causas. He aquí el defecto más profundo del sexenio en curso: que en vez de enfrentar esos males que han lastrado a México, el gobierno ha preferido (acaso) mitigarlos y buscar culpables. Se ha equivocado de manera garrafal confundiendo la raíz de los problemas públicos con las personas que se han beneficiado de ellos” (Mauricio Merino)

Qué bueno que tengan identificado el origen de los males y cómo salvar a los beneficiarios de estos. Ahora le falta que sus propuestas sean las mejores; en la universidad no solo se trata de enseñarle a los estudiantes cuáles son los errores que se observan, también hay que enseñarles a ser propositivos, que los argumentos no son únicamente señalamientos, sino cuáles las razones que nos llevan a dilucidar las diferencias y los caminos más apropiados para la resolución de los problemas. 

¿Acaso el outsourcing, perdonar el pago de impuestos, devolver bolsas de recursos a los empresarios en el país, el despido masivo anual en el mes de noviembre garantiza el empleo bien remunerado a la clase trabajadora? ¿Acaso no debiera cobrarse lo que las grandes transnacionales quitan a los empleados en impuestos, debemos seguir “incentivándolos” con el bajo precio de la luz?       

¿Acaso es preferible que los gobernantes se embolsen el producto de los recursos generados por el país y se continúe manteniendo en la hambruna a los desposeídos y en pobreza extrema? ¿Acaso el crecimiento de los sectores estratégicos de la nación estaba siendo impulsados en favor del desarrollo de nuestro país?

Nos dice que se ha confundido el fenómeno de la pobreza con las extravagancias de los ricos, que forma más elegante de justificar la sobre explotación y abuso de la clase trabajadora por parte de los empresarios en contubernio con los gobiernos anteriores. Señor le respeto, pero no creo del todo en su sano juicio.