LA ECONOMÍA COMUNITARÍA EN MÉXICO

El pasado 25 de octubre de 2024, en la Universidad Tecnológica de Tabasco, se presentó el libro Introducción a la Economía Comunitaria

"Para vivir en paz, tiene que haber justicia y se tiene que atender a la población más desposeída". Lic. Andrés Manuel López Obrador. Expresidente de México.

El pasado 25 de octubre de 2024, en la Universidad Tecnológica de Tabasco, se presentó el libro Introducción a la Economía Comunitaria (una contribución a la economía moral), escrito por el Dr. Baldemar Hernández Márquez, en colaboración con Gloria Auristela Hernández Pérez, Ricardo Rojas Montero e Isaac Zúñiga Ortega, y diseño de Baldemar Fabián Hernández Pérez.

El Dr. Baldemar Hernández Márquez, economista formado en la UNAM, realizó estudios superiores en el Centro de Economía Agrícola del Colegio de Postgraduados en Chapingo. Es Maestro en Economía Agrícola, cuenta con una Especialidad en Administración Pública y un Doctorado en Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.

Su trayectoria política y administrativa inicia en el gobierno del Ing. Leandro Rovirosa Wade (1977-1982), donde el Dr. Baldemar Hernández Márquez fue Subdirector del Centro Coordinador Indigenista Chontal, con sede en comunidades indígenas chontales del municipio de Nacajuca. Durante el gobierno del Lic. Enrique González Pedrero (1983-1987), fue Primer Regidor del municipio de Jalpa de Méndez, Tabasco, además se desempeñó como Secretario de Desarrollo. En el sexenio del Lic. Andrés Manuel López Obrador fue Director General de Administración y Finanzas de la Secretaría del Bienestar, Director General de la Financiera Nacional del Desarrollo (FND), y es actualmente Comisionado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. 

En su libro, el Dr. Hernández Márquez explora los Centros Integradores, una unidad económica concebida como herramienta de política pública destinada a reducir la desigualdad social en México. En la obra destaca el interesante prólogo escrito por el académico, Dr. Mauricio Merino Huerta, quien delinea puntualmente la función que puede cumplir la economía comunitaria en la solución de los grandes problemas nacionales. Merino Huerta es un testigo de primer orden porque colaboró en el gobierno del Lic. Enrique González Pedrero donde se instrumentaron los centros integradores en todo el estado para el desarrollo integral de los pobladores.

Esta obra encuentra una de sus raíces en El libro México, la riqueza de la pobreza, apuntes para un modelo mexicano de desarrollo, escrito en tiempos de reflexión académica, en 1979, por el Lic. Enrique González Pedrero, su visión inspiró la creación de un modelo de desarrollo que capitaliza el potencial y vocación de cada microrregión, materializado en 185 centros integradores en Tabasco, que mejoraron significativamente la calidad de vida de sus habitantes.

El Dr. Baldemar Hernández Márquez propone el comunitarismo como una vía para el progreso social en México, fomentando la participación ciudadana a nivel municipal. Con ello, se busca un impacto positivo en el desarrollo regional, al tiempo que promueve la organización social y la autosuficiencia económica.

La obra analiza también la implementación de la economía comunitaria a través de los centros integradores de desarrollo en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde se establecieron 10 mil centros integradores en todo el país, facilitando la entrega directa de programas de bienestar. Ejemplo de esta estrategia incluyen el programa piloto de crédito seguro, orientado a sacar a familias de la pobreza mediante el financiamiento de proyectos productivos,

Además, el libro describe proyectos piloto específicos, como la producción de maíz en la región Frailesca, el cultivo de arroz en Colima, la producción de huitlacoche en Tláhuac, y el Plan nacional de vacunación contra el COVID 19. Estos proyectos destacan cómo los centros integradores son una respuesta eficaz a las necesidades de las comunidades rurales. 

El modelo de economía comunitaria que representan los centros integradores se caracteriza por un enfoque en el desarrollo integral de la comunidad, apoyado por la participación ciudadana y la coordinación entre distintos niveles de gobierno. En este contexto, se recomienda adaptar el modelo a las realidades contemporáneas y fortalecer los mecanismos de participación comunitaria para optimizar su impacto en la reducción de la desigualdad.

En conclusión, la economía comunitaria implementada a través de los centros integradores de desarrollo ofrece un enfoque ético y práctico para combatir la desigualdad y fomentar el desarrollo en las zonas rurales y marginadas de México.