La continuidad de la 4T requiere de un buen gabinete

A aquel poderoso PRI corporativo, montado sobre un Estado del Bienestar con un monarca sexenal sentado en la cúpula

Si tuviera que responder, de manera concisa, en qué ha consistido lo esencial del gobierno de la 4T encabezado por AMLO durante casi seis años, respondería que, en esencia, y de madera medular, el paisano se echó a cuestas, contra viento y marea, la tarea de limpiar el cochinero que le dejaron sus antecesores y de reconstruir el Estado Benefactor. El Estado Benefactor, surgido de la Revolución, fue destruido por los gobiernos neoliberales, destrucción que inició Salinas de Gortari, con la ola de privatizaciones de las empresas paraestatales y de la entrega del patrimonio nacional al capital extranjero.

Nada o muy poco quedó de las casi dos mil cien empresas que eran del Estado. Con el pretexto perverso de que el Estado es mal administrador y que no debe existir un gobierno obeso, Carlos Salinas y sus cómplices neoliberales, y además ignorantes, se dedicaron a privatizar y depositar los destinos de la nación en manos privadas. Depositaron con fervor y ahínco toda su fe en la propiedad privada y en el mercado libre como proyecto de Nación, pero construido sin ningún sentido nacional sobre una cimbra de corrupción

. A aquel poderoso PRI corporativo, montado sobre un Estado del Bienestar con un monarca sexenal sentado en la cúpula, dueño de vidas y destinos, Carlos Salinas y cómplices se encargaron de destruirlo. Aquel PRI con sus tres poderosos sectores, CTM, CNC, CNOP y sus poderosos líderes como don Fidel a la cabeza del sector obrero y a quien los poderosos presidentes de la República corrían a consultar, ya no existe; los presidentes a su vez se daban el lujo de convocar a banqueros y empresarios y regañarlos en reunión de gabinete si era el caso. Recordemos el poder que tenía un líder petrolero como Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, muy querido, por cierto, y el gran poder que tenían sus líderes seccionales. Todo ello era producto del Estado Benefactor y corporativo. Nada de eso quedó: desde el momento en que Salinas metió a la cárcel a “La Quina” y también a Díaz Serrano, ahí empezó la debacle de aquel poderoso PRI corporativo y la destrucción del Estado Benefactor.

Y lo curioso de todo ello es que las cosas caminaban bien antes que se aplicaran las nefastas recetas neoliberales. Convivían entonces en armonía y se entendían muy bien un Estado Propietario y Benefactor 2 y un capitalismo y un mercado con verdaderos empresarios: economía mixta se le llamó entonces, y así era.

El paisano tabasqueño que vivió en aquellos años debe recordar las tiendas CONASUPO, las Tiendas de Consumo de PEMEX, las del ISSSTE, del ISSET y de Hacienda: se compraba ahí a precios módicos, subsidiados. La Leche Liconsa de “a peso el litro” pasó a la historia. No recordamos esto como si hubiera sido un Paraíso, hubo corrupción como lo fue el Banco de Crédito Ejidal, conocido como Banjidal: “Bandidal” le llamaba el genial caricaturista RIUS. Al recordar esto no somo tan ilusos para pensar que todo era un edén: no olvidamos los crueles y dolorosos acontecimientos de la matanza de aquel triste 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971. A pesar de ello, la economía mixta caminaba bien: no había la violencia organizada que surgió después, prohijada por los gobiernos neoliberales como el de Felipe Calderón.

Y al llegar a este punto inicio mi reflexión que me aplica en esta colaboración. De la Historia se aprende mucho, es una señora que nos ilustra y nos enseña. No lo dudo. Por eso creo que hay que aprovechar mucho de lo que en una época funcionó en México a la perfección y que se conoció como “El Milagro Mexicano”. A pesar de la corrupción, el sistema funcionaba bien. ¡Claro no era la corrupción desmedida que vino después con Salinas! Aunque tampoco olvidamos el latrocinio del alemanismo; aunque Ruiz Cortines, López Mateos y hasta el mismo Díaz Ordaz fueron presidentes austeros. No olvidamos las veleidades de JOLOPO de “administrar la abundancia” para luego terminar defendiendo el peso como un pinche perro. (No dijo pinche, ¿verdad?) “El Perro de la colina” le llamaban a López Portillo, pues en una colina construyó el regio Partenón como su domicilio. (Ya que se vuelve uno gusano eso no sirve para nada, uno se vuelve pitito y alcancía de las que vendían los coletos en las ferias).

Y en este punto otra cosa nos enseñó AMLO con su 4T: atacar la corrupción, el dispendio y la irracionalidad en el uso del presupuesto. Algo que hizo el paisano presidente desde que llegó, fue limpiar el cochinero que le dejaron Peña, Calderón y demás: decidió que Los Pinos fueran lugar público y no castillo de reyezuelos sexenales; vendió el súper avión que sólo los jeques árabes petroleros usan; eliminó la guardia presidencial, se redujo el sueldo y dejó establecido en la 3 Constitución que los expresidentes no queden pensionados de por vida y menos con cantidades millonarias. ¡Ya no llores Vicente Fox!

De entrada, Javier May debe tomar en cuenta dos cosas de la 4T para realizarlas en ESTRECHA COLABORACIÓN con doña Claudia Sheinbaum: rescatar mucho de aquel Estado Benefactor y cuidar mucho la aplicación racional del presupuesto. “Austeridad republicana” le llamó AMLO. Para ello se deben retomar las prácticas de planeación que se realizaron aquí en Tabasco durante el gobierno de don Enrique González Pedrero: no invertir a lo loco, de manera dispersa y “a ver que se me ocurre” sino de manera planeada, pensando en un Tabasco y en un México como un todo social estructurado y orgánico, dentro de un Proyecto de Nación iniciado por AMLO. Y en todo este asunto los presidentes municipales también deben ponerse las pilas. Sólo así se podrá seguir combatiendo la pobreza y se podrá lograr la continuidad deseada.

RECOMENDACIÓN: A propósito de lo abordado aquí, precisamente les recomiendo a estudiantes y futuros funcionarios que lean el libro “Disciplina Fiscal y Desarrollo”, escrito por Fernando Calzada Falcón y editado por el Fondo Editorial del Municipio de Centro. Surgido de la experiencia profesional es muy didáctico y, a pesar del tema, muy ameno. Es el resultado de larga experiencia del autor en ese campo: ha sido, entre otras, Secretario de Finanzas del Gobierno del Estado en tres administraciones y es hoy Director de Finanzas en el Ayuntamiento de Centro. Les aseguro que será de mucha utilidad para ustedes.