La bolsa o la vida, decisiones de los gobiernos ante la pandemia global; EEUU, factor de riesgo

Nuestro vecino del norte saltó del lugar 8 al 3 en menos de una semana

LA SALUD o la economía, aparece como el gran dilema de la actualidad. Si se detiene la actividad productiva y de consumo las consecuencias pueden ser desastrosas también para las personas sostienen algunos gobernantes; pero si no se frena la movilidad de la gente el coronavirus COVID-19 seguirá expandiéndose de forma mortífera, advierten los epidemiólogos. En los dos casos lo que está en juego es la vida.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo ha planteado de manera cruel, muy en su estilo: “Podemos perder cierta cantidad de personas a causa de la gripe. Pero nos arriesgamos a perder más más personas si sumimos al país a una gran recesión o depresión”. 

Con este argumento, el multimillonario gobernante del país vecino anunció su intención de flexibilizar las medidas de aislamiento para reactivar la economía norteamericana en tres semanas. Es precisamente entonces, la segunda semana de abril, cuando los médicos estiman que los contagios en Estados Unidos llegarán a su nivel máximo.

Ahora resulta que quien se ha caracterizado por impulsar un modelo económico proteccionista y a favor de la construcción de muros sostiene ahora: “Nuestro país no está diseñado para cerrar. (…) Puedes destruir un país de esta manera, cerrándolo” (Fox News).

LA PRIMERA (IM)POTENCIA

LO QUE SUCEDE en Estados Unidos tiene que estar en la observación permanente de los gobernantes en todo el mundo, especialmente de México, por la importancia que ese país tiene para la economía mundial. En el caso mexicano compartimos una extensa frontera (3 mil 100 kilómetros); con un cruce diario de un millón de personas y porque con esa nación realizamos la mayor parte de nuestros intercambios comerciales que en 2019 significaron 614 mil 500 millones de dólares.

Desde el fin de semana pasado la frontera con EEUU fue cerrada para “viajes no esenciales”, lo que afecta especialmente al turismo. Por supuesto que también se endurecen las medidas contra los migrantes. 

Estos dos aspectos son de vital importancia para México, ya que las remesas de nuestros connacionales que trabajan del otro lado de la frontera significaron el principal ingreso de divisas. Hay pueblos enteros en la República que viven de sus paisanos en el extranjero. El año pasado las remesas superaron los 36 mil millones de dólares, de acuerdo al Banco de México (Banxico). Otro recurso es el que se refiere al turismo, la tercera fuente de dólares para nuestro país  (sin contar la inversión extranjera directa) y apenas arriba de lo que fueron los ingresos petroleros. Los expertos advierten que estos tres sectores se verán seriamente afectados por la crisis de la pandemia: remesas, turismo y petróleo. 

Todo es incierto, aunque como se insiste no debe dominar el pánico sino una respuesta planificada. Porque si bien ya se adelantaba una contracción por las políticas impuestas por Donald Trump el año pasado, la pandemia del COVID-19 será un pretexto para más castigar a los países en desarrollo.

Apenas estamos en los comienzos para ver la evolución del factor EEUU para México. 

Observemos, sin embargo, que en el mapa de la pandemia Estados Unidos ocupa el tercer sitio mundial de contagios. El total hasta el cierre de esta columna ayer era de 468 mil 523 y 21 mil 192 muertos, siendo China la que mayor impacto sufre aunque ya consiguió la estabilización y el mayor número de recuperados. Siempre según las cifras que su gobierno proporciona.

FOCO DE CONTAGIO

SIN EMBARGO preocupa, por la vecindad, que Estados Unidos tenga ya 66 mil 132 infectados confirmados y que supere la cifra de mil muertos. En el caso de los contagiados, está muy cerca de Italia que ocupa el segundo sitio. Se encuentra arriba de España, Alemania, Irán y Francia.

Como se publicó en una nota de este diario (Presente) los registros de contagio en Estados Unidos crecieron de manera abrupta, luego del primer caso que se reportó en ese país el 21 de enero: un varón de 30 años que había viajado recientemente a China.

Entonces las autoridades reconocieron que podría propagarse rápidamente en Estados Unidos por la alta movilidad de sus pobladores y visitantes. La semana pasada, en sólo cinco días pasó del octavo al tercer sitio. Mientras varios gobernadores de la Unión Americana buscan fortificar a sus estados, Donald Trump analiza levantar las medidas dictadas el 16 de marzo. Seguramente todo dependerá de la evolución de los contagios, pero los norteamericanos seguramente superarán a Italia de acuerdo a la tendencia observada en la semana reciente. Se dirá que no hay comparación entre los 61 millones de habitantes de Italia con los 327 millones de norteamericanos; pero existe también una abismal diferencia del impacto de la economía estadunidense en el mundo.

En México, donde se aplica ya la Fase 2 del combate al COVID-19, el  subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell ha insistido en que el contagio expansivo “es inevitable”, pero también hay que insistir en que se puede limitar la dispersión.

Aunque ha sido criticado, el gobierno mexicano insiste en un proceso gradual, respondiendo a las circunstancias. El objetivo, se ha dicho, es evitar también un mayor daño a una economía de por sí endeble. Hasta ayer, México había pasado al lugar 54 entre los países infectados. En Tabasco, como se anunció, hubo una duplicación de casos positivos en sólo 24 horas: de 6 a 12 confirmados. Estamos a tiempo de un seguimiento de la ruta del contagio, sobre todo para evitar una presencia explosiva.

(vmsamano@hotmail.com)