¿Hay salida?

Esta Jornada Cívica hubo la participación ciudadana del 61 por ciento de los potenciales electores

En el contexto de la Geopolítica, las naciones con sistemas democráticos de gobernanza transitan por una crisis de agudo calado multifactorial que implica a la sociedad conflictuada por no hallar opciones a la elección de representantes de sus comunes intereses; acontece en el bloque de países integrantes de la Cámara Europea, así como en Norteamérica, Estados Unidos y México, además de Latinoamérica; con eternas pugnas entre las derechas y las izquierdas negadas al ejercicio de la política para gestionar coincidencias entre las particulares diferencias en armonía con el andamiaje de la justicia social. 

México al interior enfrenta su propio conflicto con una precariedad ideológica cuasi al borde de la extinción entre todos los jugadores del Sistema de Partidos Políticos. Independiente del resultado dado por la voluntad popular al renovar los Poderes de la Unión, sumado gobiernos locales, ejecutivos y/o legislativos, en el fondo de la forma se configuraron sinergias contrapuestas regidas por el pragmatismo, que ninguna confianza inspiraron entre las colectividades.

Esta Jornada Cívica hubo la participación ciudadana del 61 por ciento de los potenciales electores, una sensible disminución comparativa al promedio del 63 por ciento en la renovación del cargo de la Presidencia de la República transversal a las votaciones de 2000, 2006, 2012 y 2018.

En los tiempos y circunstancias de un polarizado 2024, la coalición opositora quedó 30 puntos porcentuales respecto de la coalición oficialista. A considerar el peso negativo de liderazgos directivos impresentables, reflejo de una decadente credibilidad que en nada ayudó a su candidata; mientras que del lado ganador preocupa que la generalidad de las candidaturas ejecutivas y legislativas, federales y locales, centraron sus estrategias en la figura del Jefe del Estado Mexicano en funciones, señal de carecer de propios argumentos.

En la eventualidad de una inminente Reforma Electoral Constitucional y a sus Leyes debe tenerse que dentro de lo perfectible el Árbitro como organizador de la renovación periódica de las Autoridades del Gobierno y el Tribunal, a cargo del control de constitucionalidad y de convencionalidad en cada etapa del Proceso; tienen una solidez de cumplir con sus respectivas funciones públicas, con el sustento de sus servicios profesionales de carrera.

El foco rojo se centra en la nula Calidad Democrática dentro del Sistema de Partidos Políticos que alejados de su naturaleza ciudadana todos sus jugadores se inclinaron desde antaño por sus intereses facciosos, mezquinos; al poner en el sesto los propios documentos básicos; Estatutos, Principios de Doctrina y Programa de Gobierno, que le distinguieron.

No es el Instituto Nacional Electoral ni el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ni las instancias locales; la prioridad tendrá que ser elevar el nivel de profesionalización de los Partidos Políticos, así como de su base militante ciudadanas con aspiraciones de acceder al Poder Público, afianzando el carácter civil, no corporativista; entidades políticas y cuadros militantes que desde la instrucción formativa comprendan y ejerzan la esencial política de conciliar lo mejor para el bien común de las y los mexicanos a quienes se deben.

La Calidad de la Democracia debe ser el patrón de conducta en el comportamiento como entes ideológicos capaces y competitivos, que tengan el indeclinable objetivo de gestionar el bien común, que a todos les debe ocupa; cerrar el paso a los prostituidos registros que de partidos políticos desde antaño operan con abierto mercantilismo de candidaturas al mejor postor, o bien que haya una obediencia facciosa y no a la voluntad popular que mediante el voto les mandata como sus representantes, mediante la función pública ejecutiva y legislativa.

Elevar al 5 por ciento el umbral en elecciones debe ser requisito constitucional que exigirá a los Partidos Políticos para su continuidad en la competencia por el Acceso al Poder Público, que sin pretender discriminar obligue a constituir escuelas de cuadros jóvenes, hombres y mujeres, con un proceso educativo universitario, antigüedad en la membresía, trabajo incluso directivo, ocupar un cargo previo para ser postulado a una posición legislativa propietaria o bien a un cargo ejecutivo.

El rigor de promover la cultura democrática y genuina política permitirá tener perfiles idóneos con sentido de servicio público; consensuar un proyecto conectado con la sociedad y sus demandas.

Por lo contrario, los liderazgos directivos del PRI y PAN se aferran al control, en vez de ocuparse por instrumentar una propuesta estructural que les reposiciones. En cambio, los afines a la 4T no asimilan que Morena es sólo Andrés Manuel López Obrador, el camino de suyo lo tienen que hacer al andar, sin el líder moral.   

eduhdez@yahoo.com