Miguel Falconi, un cronista obligado
Falconi es un conversador al que hay que enfrentarlo sin prisas
Me compartieron el cartel y me dio gusto saber que tendría la oportunidad de ver y escuchar al máster Miguel Falconi, cronista de la Perla de la Chontalpa. Todo un personaje, Falconi es un conversador al que hay que enfrentarlo sin prisas, si no tienes tiempo, sigue tu camino, no es buena cosa quedarse picado...
"Hubo en Comalcalco un amigo que tenía por nombre Elife. Por las tardes, nos reuníamos a tomar café, a conversar con otros compañeros. Una tarde mientras platicábamos se apareció un señor que era del Guayo, una ranchería, y que a quemarropa le dijo: ¡Elife, ya me cambié de casa! Mi amigo, con extrañeza, solo lo volteó a ver y siguió platicando. Al rato, otra vez: ¡Elife, ya me cambié de casa! Ya malhumorado, mi amigo miró al señor, pero no hizo caso. Fue cuando el hombre aquel interrumpió por tercera vez con la misma cantaleta que mi amigo explotó y le dijo que a él qué carajos le importaba que se hubiera cambiado de casa. "¡Entonces pa' que carambas andas poniendo en el radio que si cambiamos de domicilio te avisemos!, dijo y enojado se marchó. Después caímos en cuenta que todo se debió a un malentendido pues el INE, que en aquel entonces se llamaba IFE (Instituto Federal Electoral) tenía un spot en la radio que decía: Si cambiaste de domicilio avísale a el IFE y el señor creyó que era al amigo Elife", cuenta Falconi y dibuja una sonrisa.
Dice el maestro Falconi que él asumió la responsabilidad de cronista de la ciudad cuando enviadas del cabildo le dijeron que le traían una propuesta en la que el decir no estaba prohibido. Por primera vez un cabildo aplica la energía con tino (esto lo digo yo).
"Desde hace tiempo quería verte para hacerte una observación", me dijo el maestro, yo, preocupado, le dije era todo oídos. "En tu libro dónde sale un boxeador, en el primer cuento, tú pones que el Yuca le da un derechazo al hígado a su rival. Y, por la posición, eso no puede ser...", dice y hace una contorsión con el brazo mientras sonríe burlón, yo me río con él y agradezco tan atenta lectura.
Charlar con Miguel Falconi es arribar a estadios de la micro historia. Ojalá haya más posibilidades de escucharlo y que lo escuchen, sobre todo las nuevas generaciones. El evento fue organizado por el Foro cultural del hotel Viva, prohijado por el SIT y moderado por el maestro Samuel Lauro Soto Giles. (#LoQueViveElQueLee)