PARADEROS

Hoy la atención estará en el anuncio de los resultados oficiales de las encuestas de Morena y de las negociaciones para la asignación de las candidaturas en los nueve estados que tendrán elecciones en 2024. En algunos casos, como el de Tabasco, se da por hecho que quien reciba la coordinación estatal "de la defensa de la Cuarta Transformación" será prácticamente quien gane las elecciones de mediados del año próximo.

Cierto que no serán las campañas un día de campo, pero en Tabasco la oposición se observa más en el camino de mantener sus registros y ampliar su cuota legislativa y de alcaldías, que peleando el inquilinato de la Quinta Grijalva.

Pero habrá en el camino muchos factores de poder, sobre todo que han acompañado a las administraciones estatales históricamente como cuotas. Y uno de esos factores serán sin duda las instituciones de educación media y superior, en especial la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco cuyo relevo o ratificación en la rectoría será en enero próximo.

Hasta el momento el proceso interno en la UJAT transcurre sin mayor ruido. Contrario a lo que sucede en la Universidad Nacional (UNAM) donde desde hace varios meses se discute púbicamente el perfil de los aspirantes y el proyecto planteado en esta etapa para la máxima casa de estudios y el desafío frente al "cambio de modelo" en la economía y la sociedad propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus votantes.

Los planes y características de 10 aspirantes a la rectoría de la UNAM fueron analizados por la Junta de Gobierno para tomar la decisión de quien encabezará esta casa de estudios. Y un poco antes se abrió un largo periodo de consulta a la comunidad universitaria. Ayer se anunció el nuevo rectorado.

En Tabasco, no perdamos de vista que todos los gobernadores han tenido voz y muchas veces voto en los relevos de la UJAT, aun cuando ocurran en un momento de transición del poder. No hay ruido, pero hay un proceso con muchos factores y actores en juego.