Primero fue el verbo

Ayer ofrecimos a nuestros lectores “como divagaciones en juego”

PRIMERO FUE EL VERBO.

Ayer ofrecimos a nuestros lectores “como divagaciones en juego”, la evocación del autor de cinco verbos seleccionados al azar para evocar su significado de percepciones a partir de vida personal: Respirar, llorar, comer, trabajar y bailar. Hoy prosigue este ejercicio con los verbos amar, caminar, reír, besar y olvidar. Habrá más.

AMAR. ES EL SILENCIO

De sentirse parte del conjunto. Y hablar como emanaciones de imán, no de himen, o quizá. Y estar conciliado con lo cerca y lejano. Y no suponer sin antes hablar para aclarar. Que cada quien tiene la circunstancia. Tiene que ver con abrir los brazos y entrecerrar los ojos, y aceptar el hoy como el tiempo mejor. Y tiene que ver con abrir la mente y aceptar los desvaríos. Hay fiebre, se dice. Amar por sobre todas las cosas, sin excluir las pequeñas muestras de afecto y aún las diferencias y las indiferencias; mas no las cosas inertes, como a veces suelen parecer y padecer, sino las que vibran en el mismo sentido que usted, o yo. Vivir sin amar es preferible morir.

CAMINAR. TODO CUERPO

En movimiento es un aliento. Perdonad la rima, que a la prima se le aprecia. Y seguir la ruta como todo buen vecino. Que quedarse en quietud es menosprecio a la existencia. Siempre moverse, no estar quieto. Y moverse es literal lo que escribo. Aunque a veces el pensar en estar en otras partes puede significar algo de eso. Solo que no se transfiere el cuerpo caminando a solo pensar, que se embota el pensamiento.  Andar por otras partes renueva los pensamientos, porque imágenes son otras, y la imaginación anda activa. Te invito a caminar.

REÍR. VAMOS, TE INVITO a reír.

Que las personas se dividen en dos. De la cintura abajo y arriba. No es verdad, perdón el chiste. Digo, en dos, aquí sí: el que sabe reír y el que no lo sabe. Porque nunca lo aprendió. Porque no sintió el furor interno de lo que sucede cuando se dispara la risa. O tiene una enfermedad que no se dice el nombre, que tiene que ver con la amargura de saberse existente en el universo, con todo y sus silencios y vacíos. Reírse es saber que es tan efímera y fugaz la vida. Que el que planeó para hoy, ya no más está. Y el presente es un aliciente en conciencia. Mañana tal vez ya no. Y mientras tanto vivir como sinónimo de reír. Reír es mi vacación predilecta, además de gratuita. Lo leí por allí.

BESAR. DOS PERSONAS. Cuatro labios.

Una mezcla de humedad. Salivas. Roces de lengua. No siempre. A veces besas el aire en el recuerdo. A veces entrecierras los ojos y besas la nada, sin dato alguno. En amor propio besas en el espejo a tu imagen y semejanza. A veces suspiras y lanzas besos a la estrella lejana, a la luna. A veces en sueños escalas la montaña. Solo para llegar a tu lugar predilecto. O en la cima de detienes y te defines pez en tu ambiente de agua para la vida natural.

OLVIDAR. NO GUARDES el rencor para mejor ocasión.

Ni perfumes especiales para ocasiones especiales. Todo sea en el momento. Olvido es una parte de la salud. Es poner cerrojos a un pasado que se fue. Y no más. Es hacer un pacto con el tiempo. En el sin cesar fluir de esperanzas ciegas. Es la existencia que se defiende. Y deja solo lo bailado, como la mejor defensa. El olvido es paciente y finalmente nos abraza en el final de nuestros tiempos.