Como si nada pasara

Volvemos a escuchar en las conferencias de prensa oficiales que las cosas no son para tanto

Insistiré en la alarmante falta de alarma y en la pobre movilización pública contra la tercera ola del coronavirus que recorre México.

No es que no se haga nada, es que no se asumen decisiones y conductas extraordinarias ante la emergencia nuevamente extraordinaria de la pandemia.

Volvemos a escuchar llamados del Presidente a no tener miedo de que se infecten los niños, pues su hijo se infectó y no sucedió nada. 

Volvemos a escuchar en las conferencias de prensa oficiales que las cosas no son para tanto.

Vemos calles, transportes, comercios, restaurantes, fiestas con mucha gente sin cubrebocas.

Volvemos a encontrar en las redes y los medios advertencias de los expertos diciendo que el momento es serio otra vez, que México se está equivocando de nuevo en su estrategia frente al virus, en especial frente a la variante delta, ante la cual se dice que incluso los ya vacunados necesitarán un refuerzo.

Los hospitales están empezando a saturarse de nuevo a un nivel crítico, como reportó MILENIO en su edición de anteayer, con cifras puras y duras tomadas de fuentes oficiales.

Los porcentajes de infección, hospitalización y muerte crecen cada semana, pero no vemos reacciones equivalentes de emergencia en el gobierno ni de cuidado en la sociedad.

No vemos al gobierno convocar a los actores públicos fundamentales para pensar y planear juntos qué hacer.

El Consejo General de Salud, previsto constitucionalmente para estas emergencias, sigue sin ser convocado a deliberar.

El Presidente no se reúne con los gobernadores a ver cómo acelerar la vacunación y multiplicar la prevención. Los gobernadores no hacen lo propio con los presidentes municipales.

Las autoridades de salud no hablan con los profesionales de la salud, ni convocan a los expertos para acordar estrategias.

No vemos a las autoridades educativas que quieren abrir las escuelas en agosto hablar con el magisterio, ni con los padres de familia, ni con las autoridades educativas de los estados y los municipios.

No hay estrategia de emergencia contra el virus en el gobierno, ni hay en la sociedad precauciones suficientes.

De algún modo estamos dando al virus por muerto justo cuando vuelve a vivir. Como si nada pasara.

hector.aguilarcamin@milenio.com