COLABORACIÓN INVITADA
Sólo delincuencia organizada o nuevo sistema mundial
Quizás el problema de la violencia parece irresoluble porque no se le define como lo que es. Quizás debemos, como se hace en la práctica científica, preguntarnos: 1)¿Nos estamos haciendo las preguntas adecuadas?; 2) ¿Estamos definiendo adecuadamente el fenómeno? Y finalmente, como en las novelas policíacas: ¿Quién se beneficia con lo que está ocurriendo? ¿Hay beneficio económico con el acto violento o es político? ¿Se trata de ganar dinero, o generar caos?
Siempre lo hemos mencionado como mera delincuencia organizada. Tiene su importancia porque se destaca su carácter sistémico y no casual u oportunista (lo que en EU se llama Random Violence). Aunque ya varios estudios realizados, principalmente en Colombia y luego acá, ya lo veían como un fenómeno complejo (de varias formas y con diferentes dimensiones) que abarca, por ejemplo, la guerra informal iniciada por los Estados Unidos desde mediados de los 90 por destruir el resto de los Estados para que quede sólo un gobierno mundial (ver estudios de Arturo Escobar) que tienen mucho que ver con el cambio de forma y nivel de la violencia (2007) que está totalmente relacionado con la conversión de los GAFES de Zedillo en los Z tras su paso como estudiantes en Fort Bragg (ahora llamado Fort Liberty), capacitados en cómo establecer y dominar un estado de caos (Roger Bartra, Territorios del terror y la otredad); con lo que en Colombia se llamó captura del Estado (en México lo demuestran los casos de los exfiscales de Nayarit, Veracruz, Guanajuato, Morelos y sobre todo García Luna) y la compra o amenaza de presidentes municipales.
PLAN CON MAÑA
El necrocapitalismo (Subhabrata Banerjee) donde la violencia es directamente una forma de negocio (básicamente el secuestro, la extorsión, la trata y el tráfico de órganos); y el gobierno local indirecto (Achille Mbembe), donde se da una colusión entre los capitales locales o corporativos legales o no (minas, inmobiliarias, los huachicoleros e incluso ganaderos, comerciantes, empresarios turísticos y dueños de plantaciones) y los grupos violentos que entonces es ya directamente un fenómeno político: una guerra política.
En esto último ayudó mucho la política neoliberal porque al dejar de dar subsidios o apoyos a la producción directa, además de despojar a pequeños productores mediante el anatocismo y demás abusos de los bancos, dejó al descubierto a esta población y de ahí que recurrieron a quienes tenían capital: los narcos, quienes les exigieron asociarse. Algo semejante pasa cuando las elecciones- como abiertamente ocurre en EU- dependen de la cantidad de dinero que se tenga para hacer la campaña (hace pocos sexenios las candidaturas se decidían dentro de los partidos mexicanos con ese criterio, incluso en la izquierda).
Todo esto puede estar enmarcado dentro de lo que la investigadora canadiense Naomi Klein llamó "estrategia del Shock", donde más que perseguir un objetivo directo, se trata de crear un clima de angustia y zozobra (para eso ayudan mucho los medios de comunicación y sus fake news), en donde la población opte por alternativas autoritarias como con Nabib Bukele, en El Salvador (que tiene una bomba de tiempo en sus cárceles como ya le explotó a Ecuador), o que -como ocurrió en Honduras- el propio poder ejecutivo se vuelve la principal organización narcodelincuencial (el expresidente hondureño y su hermano están encarcelados ahora en EU). *El autor es profesor universitario, investigador y activista. Mañana: hay guerras de cárteles en Canadá, Estados Unidos, Alemania, etcétera, no sólo en México.