CIBERBULLYING. LAS FORMAS DE ACOSO DE HOY.

El ciberbullying, también denominado ciberacoso o acoso virtual

El ciberbullying, también denominado ciberacoso o acoso virtual, consiste en el uso de medios digitales para acosar, intimidar, amenazar o molestar a una persona o un grupo mediante ataques personales o divulgación de información privada o falsa. El ciberacoso se produce a lo largo del tiempo e incluye (pero no se limita a): mensajes de texto, mensajes instantáneos, imágenes, vídeos, correos electrónicos malos, desagradables o amenazantes que se envían directamente a una persona o a un grupo que impacte al individuo.

Habitualmente, cuando hablamos de ciberbullying, nos referimos a aquel que se produce entre menores, pero los adultos también pueden sufrirlo en diferentes grados y cuando este se produce en el ámbito laboral, hablamos de mobbing o bullying laboral.

Existen diversos tipos de ciberacoso. Es imprescindible conocerlos, pues "...los ojos no ven lo que la mente no sabe...".

Doxing: Acto de revelar abiertamente información sensible sobre alguien sin su consentimiento para humillarlo. Esto puede variar desde la difusión de fotos o documentos de figuras públicas, hasta compartir los mensajes personales guardados de un individuo en un grupo privado. La clave es la falta de consentimiento de la víctima y la intención de hacerle daño con dicha difusión.

Fraping: Es cuando un acosador usa las cuentas de redes sociales de otro para publicar contenido inapropiado con su nombre. Tiene el potencial de ser increíblemente dañino. Por ejemplo, un acosador que publica insultos raciales u homofóbicos para arruinar una reputación.

Trolling (o trolear): Es cuando un acosador busca molestar intencionalmente a otros publicando comentarios inflamatorios en línea. Es  habitual en redes sociales, ya que se beneficia del anonimato que estas ofrecen. Estos acosadores tienden a estar separados de sus víctimas y no tienen una relación personal.

Flaming: Constituye la publicación o el envío directo de insultos, vejaciones y calumnias a su objetivo. Es similar a trolling, pero generalmente será un ataque más directo contra una víctima concreta para incitarla a peleas en línea.

Phishing:  Es un ataque cibernético que utiliza el correo electrónico disfrazado como arma. El objetivo es engañar al destinatario para que crea que el mensaje es algo que quiere o necesita (una solicitud de su banco o una nota de alguien de su empresa) y hacer clic en un enlace o descargar un archivo adjunto (dañino).

Grooming: Utilizado por personas adultas con un interés sexual para preparar a un niño para el abuso sexual. A menudo se planifica con mucho cuidado y puede llevarse a cabo durante años. Consiste en hacer que el menor piense que el sexo con el delincuente es normal o que no tiene otra opción. Los delincuentes crean una relación y una conexión emocional con el menor. Uno de los aspectos más siniestros del grooming es la forma en que imita estrechamente las relaciones genuinamente positivas.

Sexting: Es el acto de enviar mensajes o imágenes sexualmente explícitas. En principio no es una práctica de ciberacoso, pero puede convertirse en ella cuando una de las partes comparte y hace públicas las fotos y mensajes  que el otro le ha enviado o las emplea para llevar a cabo prácticas de sextorsión.

Dissing: Se refiere al acto de difundir información cruel sobre un objetivo a través de publicaciones para arruinar su reputación o sus relaciones con otras personas. En estas situaciones, el acosador tiende a una relación personal con la víctima, ya sea como conocido o como amigo.

Ciberstalking o ciberacecho: Es el acoso llevado a Internet. En este caso el acosador, se obsesiona con una persona y la acosa en todas sus plataformas digitales. El ciberstalker «inunda» a la víctima con mensajes e intentos de comunicación no deseada. En ocasiones, si la víctima lo ignora, este ciberacosador puede pasar a prácticas más agresivas, como insultos o difusión de falsos rumores.

Happy Slapping: Traducido como «palizas felices», se produce sobre todo entre adolescentes. Consiste en realizar agresiones físicas, grabarlas con el móvil y después difundirlas por WhatsApp o redes sociales. La difusión de estas palizas, conduce normalmente a que la víctima siga sufriendo acoso.

Como podemos ver, existen muchos tipos y formas de llevar a cabo el ciberbullying y se produce mayormente entre los adolescentes, pero niños y adultos también son víctimas de estas prácticas nocivas. Sin embargo, está en mano de todos ponerle freno, detectar los casos, prevenirlo y ayudar a las víctimas a dejar de serlo. Si eres testigo de un caso de ciberacoso, denúncialo y, sobre todo, no te conviertas en acosador o te límites a mirar para otro lado. La complicidad silenciosa en el arma más fuerte del acosador.

(Psiquiatra/Paidopsiquiatra)