Cartas del trópico
20/03/2025
La difícil tarea del IEPCT
El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPCT) se encuentra en un serio predicamento a tres meses de realizarse el Proceso Electoral Extraordinario del Poder Judicial local. Su organización pende de un hilo. El órgano electoral no cuenta con los 200 millones de pesos solicitados al gobierno tabasqueño.
Finanzas ya le informó que solo disponen de 114 millones de pesos y no hay más. La presidenta del IEPCT, Elizabeth Nava Gutiérrez, ha dicho que no cuentan con "Plan B" en caso de persistir la negativa de suministrarle la cifra solicitada.
La situación en Tabasco por lo menos es más favorable que en otras 12 entidades donde de plano no hay recursos para organizar las elecciones judiciales. Nava Gutiérrez dijo que insistirán en solicitar una audiencia con el gobernador para explicarle por qué se necesita ese dinero para organizar bien el proceso electoral extraordinario.
Mientras eso no suceda, el instituto tendrá que hacer maravillas para salir airoso de esa contienda donde se elegirán "personas juzgadoras" y entregar buenas cuentas con lo que tenga y con lo que se pueda.
A nivel nacional las cosas no pintan mejor y hay también bastantes limitaciones para organizar los comicios. Es un enorme reto, un desafío del que se supone saldrá la nueva estructura del Poder Judicial de la Federación, en el que están puestas las esperanzas de que de este "proceso inédito" saldrán jueces, magistrados y ministros que impartirán justicia pronta y expedita, sin privilegios ni corrupción en donde se haga valer la ley en todo momento y sea garantes de la Constitución federal.
En Tabasco también se requiere de un Poder Judicial que no actúe por consigna ni que trafique con la justicia o proteja a delincuentes y castigue a inocentes, como ha sucedido en el pasado. Yo lo vimos con la historia contada en el documental "Duda Razonable", transmitido hace tres años por una plataforma de entretenimiento.
La oposición: crítica o ruido
El PRD-Tabasco parece chivo en cristalería. A todo lo que diga o haga el gobierno tiene una respuesta de la dirigencia, más con vehemente pasión que argumentos razonables. Está empeñado en ser la piedra en el zapato de esta administración y por ello se ha vuelto contestatario.
Si el gobierno quiere renegociar su deuda pública y pide autorización al Legislativo, se apresura a declarar que está en quiebra y quiere endeudar más al estado; si pide permiso para solicitar adelantos de participaciones federales, que está hipotecando el futuro de los tabasqueños.
El problema no es que critique a los gobernantes, ese es su papel como partido opositor, sino que sus ataques tienen más ruido que efectividad. Sus dirigentes no han entendido la nueva realidad política del país y del estado.
Ya no basta con ser contestatario sino proponer, convencer con argumentos de que se tiene la razón. Al estado le hace muy bien que haya una oposición fuerte, representativa, que actúe como contrapeso, pero no la estridencia que solo busca reflectores.
EPISTOLARIO
El dirigente petrolero de la sección 44, José Zamudio Aguilera, cómo extraña aquellos tiempos en que todo era felicidad para la cúpula sindical: privilegios, prebendas y dinero a la mano a discreción. Hoy no le queda más que rumiar su frustración y culpar de todo a los que dirigen la empresa petrolera. Una empresa que, por cierto, entró en una reestructuración a fondo.
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