Con más de treinta años de experiencia, el sastre, Tilo López Jiménez tuvo reinventarse gracias al Covid-19, ya que se vio en la necesidad de aprender a elaborar los llamados cubrebocas, los cuales hoy tienen gran demanda de la gente.
PREOCUPACIÓN
Desde su sastrería “Tilo”, ubicada en la parte alta de la Central camionera, reconoció que por la venta diaria de estos cubrebocas de tela y filtro quirúrgico, ha podido salir adelante, él, su hijo y un empleado.
Con más de 32 años en el negocio, dijo que él es contador de profesión, pero ser sastre le ha dejado muchas satisfacciones, como el poder sacar adelante a su familia.
“Cuando inició la cuarentena por Coronavirus y anunciaron el cierre de negocios nos preocupamos, porque el trabajo en cuestión de confección de ropa se vino abajo, estuvimos a punto de bajar cortinas”, explicó Tilo López.
OPORTUNIDAD
Sin embargo, señaló que cuando se dijo que el cubrebocas era obligatorio, estos se agotaron en toda la ciudad, por eso, nació la idea de hacerlos aquí mismo.
Por lo anterior, precisó que en tres días hicieron los ensayos necesarios, echando a perder tela, quedando finalmente un modelo, el cual gusto a la gente, al grado que sigue siendo demandado, pues además se usa filtro quirúrgico en su hechura.
CONTRIBUCIÓN
Actualmente, agregó, “permanecemos trabajando al máximo haciendo cubrebocas, eso nos ha dado para salir adelante, “también creemos que haciendo y vendiendo estos protectores contribuimos en algo a evitar que el Coronavirus se esparza, ese es nuestro granito de arena”.