En 2019, un grupo de arqueólogos españoles y polacos encontraron un antiguo templo situado en la ciudad de Berenike, Egipto. En su interior se encontraron con un tesoro insospechado: 15 halcones momificados, muchos de ellos sin cabeza, y enterrados alrededor de un pedestal.
Tras varios años de examen, hace unos días los expertos publicaron sus conclusiones en la revista American Journal of Archaeology. En su texto proporcionan información detallada sobre el santuario o templo religioso desenterrado que data de los siglos IV a VI d.C.
Las excavaciones se llevaron a cabo bajo las órdenes del profesor Joan Oller Guzmán, de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien bautizó a este templo como el “Santuario de los Halcones”.
Significado del Santuario de los Halcones
Todo parece indicar que el entierro sugiere un ritual hasta ahora desconocido realizado por los blemmyes, un pueblo nómada que habitaba el actual sur de Egipto y Sudán.
Este pueblo se resistió durante mucho tiempo al cristianismo oficialmente reconocido en todas las partes del Imperio Romano en aquella época, incluido Egipto.
Los blemmyes preservaron un sistema de creencias opuestas a las romanas posteriores al siglo IV. El Santuario de los Halcones es una muestra clara de ello: a pesar de que fue construido originalmente como un templo tradicional egipcio, el santuario fue adaptado por los blemmyes a su propio sistema de creencias en algún momento del siglo IV.
Ni siquiera los esfuerzos del emperador romano Constantino por cristianizar todas las tierras bajo su autoridad, pudo con las creencias de los blemmyes. Éstas eran totalmente propias y no reflejaban ninguna influencia cristiana, como revelan los artefactos encontrados en el santuario.
“Los hallazgos materiales son especialmente notables e incluyen ofrendas como arpones, estatuas en forma de cubo y una estela con indicaciones relacionadas con actividades religiosas”, dijo el profesor Oller en un comunicado de prensa de la Universidad Autónoma de Barcelona en el que se anunciaban los resultados del reciente estudio.
Un hallazgo sin precedentes
Uno de los animales más venerados en el Antiguo Egipto fue precisamente el halcón. Solo basta recordar al dios Horus y su tradicional representación como un halcón o como un hombre con cabeza de halcón. Era un dios del cielo asociado a la guerra y la caza, y encarnación de la realeza divina.
Sin embargo, nunca se había encontrado un grupo de halcones conservados y enterrados juntos en un templo.
Además de las aves momificadas, los arqueólogos del Centro Polaco de Arqueología Mediterránea desenterraron una colección de huevos de halcón sin eclosionar, algo también nunca antes visto por los arqueólogos.
- Las sorpresas se presentaban una tras otra para los exploradores. La estela que se encontró entre los artefactos del santuario incluía una inscripción inusual, que decía:
“Es impropio hervir una cabeza aquí”.
Al respecto de esta misteriosa frase, los expertos creen que la advertencia se refiere a que hervir las cabezas de los animales sería un acto sacrílego. El contenido del templo sugiere una práctica religiosa sincrética o mixta, según los arqueólogos.
“Todos estos elementos apuntan a intensas actividades rituales que combinan tradiciones egipcias con aportaciones de los blemmyes, sustentadas en una base teológica posiblemente relacionada con el culto al dios Khonsu [el dios egipcio de la Luna]”, concluyó el profesor Oller. “Los descubrimientos amplían nuestro conocimiento de este pueblo seminómada, los blemmyes, que vivía en el desierto oriental durante el declive del Imperio Romano”.
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