• En nuestro estado, contamos con múltiples artesanías que son muy reconocidas por sus bellos acabados los cuales la mayor parte de la veces son labrados a mano lo que los hace de mejor calidad por lo que hombres y mujeres utilizan su creatividad entregados a su oficio, expresando y rescatando sus raíces  e identidad plasmada en cada una de sus obras.

Utilizan en muchos casos materiales de la región, así mismo se distinguen por fabricar las famosas tiras bordadas las cuales son utilizadas en diferentes prendas, como  las faldas y las blusas que portan las embajadoras, guayaberas, cinturones, diademas, sombreros, zapatos, bolsos, entre otros artículos de uso cotidiano.

CUNA HUMILDE

 Motivo por el cual reconocemos a la artesana Rosa Gloria Zapata López, mujer de lucha, quien se siente orgullosa de sus obras artesanales. 

Ella nació en la ranchería Arroyo, Nacajuca, hija de padres humildes, dedicados al campo y a las labores del hogar. En dicho sitio la mayoría de las personas se dedican a la artesanía lo que significa que las mujeres son muy luchonas y no se dejan doblegar por cualquier situación. 

• Rosa Gloria expresa con mucho sentimiento que de niña anhelaba ser enfermera. El tiempo transcurría y cuando ella ya contaba con 8 años de edad un día menos pensado, le dijo su madre que le enseñaría a bordar, pero al inicio ella se negaba a aprender este trabajo y al transcurrir de los días le fue tomando interés dándose cuenta del valor de esta labor. 

• Estudió hasta el nivel secundaria, no pudiendo continuar por diferentes situaciones que pasaba su familia. A los 18 años se casa y más tarde fue creciendo la familia, cuando ya había nacido el quinto hijo de seis que son, se torna la situación muy difícil económicamente no teniendo nada de alimentos para ofrecerle a sus hijos. Entonces un día menos pensado llegó a visitarla una de sus hermanas, preguntándole por qué estaba triste, y le contestó que no tenía dinero para comprar comida a sus hijos, entonces le dice la hermana, “pero si tú sabes bordar, mamá te enseñó”.

• A raíz de lo sucedido, empieza a vender sus primeras tiras bordadas por cierto recuerda ese día que le llevó tres metros a una maestra de nombre Flor de Liz, lo cual le llenó de gusto exponer y vender sus primeros productos.

•  Así sucesivamente fue exponiendo y vendiendo sus productos que día con día iba mejorando ya que se le facilitaba el diseño y el bordado.

Finalmente la artesana dijo que se siente orgullosa y muy contenta en haber crecido como emprendedora creativa al ofrecer sus acabados en diferentes eventos junto con sus compañeros artesanos. 

Refiere que su sueño es instalar un taller, el cual le permita enseñar y exponer su mercancía. Agradece a este medio informativo El Sol del Sureste por haberle tomado en cuenta. Para mayor información se pone a sus órdenes con su número de celular 9932595860.