Alertan presencia de "talladores"

Se aprovechan de ancianos, principalmente

José Luis Guzmán Ruiz, oriundo de la ranchería Pablo L. Sidar del municipio de Centro, acudió a una de las sucursales bancarias ubicadas en el primer cuadro de la ciudad de Villahermosa a retirar dinero.

El hombre de 67 años de edad, determinó retirar dinero con su tarjeta de débito para realizar algunas compras de uso personal.

Sin embargo, no lograba realizar la operación en el cajero automático y pidió ayuda y amablemente le ayudaron diciéndole...."Su tarjeta no sirve, vaya con la señorita a que le digan el motivo".

En ese momento, Don José Luis fue víctima de uno de los "talladores" que operan en las sucursales bancarias de mayor concurrencia ciudadana.

Su tarjeta bancaria había sido "hábilmente" cambiada por una tarjeta inservible y ya había otorgado su número confidencial (NIP) a quien amablemente lo ayudó.

De las quejas recibidas en el 2023 por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el cuatro por ciento son por este tipo de fraude que se realiza en físico.

Roberto de Jesús Hernández Palmeros, delegado de la Condusef en Tabasco, dio a conocer que esta situación ha ido creciendo poco a poco y que las principales víctimas son personas de la tercera edad.

"Desafortunadamente los ciudadanos que acuden a las sucursales bancarias donde hay cajeros automáticos, en ciertas ocasiones son sorprendidos por estas personas que les otorgan ayuda, pero lo hacen para robarles, siendo la práctica más común la suplantación de la tarjeta bancaria", explicó.

También, mencionó que una vez realizado este robo, los "talladores" parten del lugar y se dirigen a un centro comercial a realizar compras hasta acabarse el saldo de la tarjeta bancaria robada.

"Mientras el usuario sigue en el banco tratando de descifrar qué paso con su tarjeta y su dinero, donde desafortunadamente no logra entender que ha sido robado", expuso.

• El titular de la Condusef comentó que otro de los problemas que afrontan los adultos mayores y donde ellos -como organismo de protección a usuarios- no pueden hacer nada, es el robo de la tarjetas por parte de los familiares, donde los usuarios acuden a interponer la queja por una compra no reconocida, pero en sus propias investigaciones llegan a detectar que la compra la hace algún familiar cercano, sobre todo los hijos.

"En este caso, ya amerita la participación de una autoridad judicial y nosotros no tenemos injerencia en ello, pero es determinación del ciudadano el interponer la demanda", explicó.