Protestantes se plantaron en la Iglesia Católica luego que esta interviniera para que una menor de 11 años embarazada, tras ser víctima de violación, rechazara abortar
“Las heridas del cuerpo han sanado, quedan algunas cicatrices, pero las de mi alma, esas no las podré curar, sólo con la ayuda de Dios, es algo que no le deseo a nadie…”