ALAS, ME SALIERON ALAS. Primero fue un leve dolor al empezar a emerger las protuberancias. Eran dos, sí. Un poco atrás de las axilas, en la espalda. Acudí asustado a consulta con la guapa doctora conocida, la de mi cabecera. Y luego de auscultarme minuciosa, de pesarme dijo sonriente: anda algo pasa...