ESCRIBIÓ DIEZ RENGLONES. Y luego, sin anestesia, con bisturí cortó y separó cada cinco palabras. Le quedó un texto de 25 agrupaciones de palabras, una en cada renglón. Y se dijo: qué bello poema he escrito. LO LLEVÓ A LA REUNIÓN de amigos, y lo leyó mientras comían hamburguesa. Muy bonito, dijo uno...