Realiza IEM círculo de reflexión: Prevención del Feminicidio en la Adolescencia
• Poner fin a la violencia contra las mujeres es prioritario no sólo porque atenta contra su sano desarrollo y representa una grave violación a sus derechos humanos, sino porque además, limita la construcción de una sociedad pacífica
El Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) a través del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF), llevó a cabo el circulo de reflexión: Prevención del Feminicidio en la Adolescencia, con el objetivo de coadyuvar en la erradicación de la violencia en contra de este género.
Citó que de acuerdo a la ONU, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más graves, extendida, arraigada y tolerada en el mundo. Es, a la vez, un motivo de vergüenza para todas nuestras sociedades y un obstáculo importante para el desarrollo inclusivo, equitativo y sostenible.
Montero Carrera, indicó que para abordar la violencia feminicida en niñas y adolescentes, es necesario hacer un análisis amplio sobre las violaciones a todos sus derechos, ya que la vulneración de estos es uno de los factores de riesgo que las condiciona a padecer distintas formas de discriminación.
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Destacó que es prioritario fortalecer la capacidad de las instituciones para prevenir, investigar y castigar el asesinato de niñas y adolescentes por razones de género y ofrecer reparaciones al respecto.
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La psicóloga Juana Guadalupe a su vez, pidió a las mujeres tomar en cuenta el “Violentómetro”, creado por el Instituto Politécnico Nacional en 2009, como una herramienta que permite estar alerta y detectar cualquier manifestación de violencia por parte de sus parejas, así como en ámbitos sociales, laborales y familiares.
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Compartió que el “Violentómetro” contiene una clasificación de las diversas manifestaciones de violencia en la pareja, un material gráfico y didáctico en forma de regla que consiste en visualizar las diferentes manifestaciones de violencia que se encuentran ocultas en la vida cotidiana y que muchas veces se confunden o desconocen.
Pidió estar alerta, y no considerar que la violencia y el amor son compatibles (o que ciertos comportamientos violentos son una prueba de amor), ya que los celos, el afán de posesión y/o los comportamientos de control, son hechos violentos que pueden terminar en un hecho fatal.
Nivel 1: ¡Ten cuidado!, se encuentran las bromas hirientes, el chantaje, mentiras, engaños, celos, ignorar, descalificar, hay humillaciones en público, controlar y prohibir amistades o familiares.
Nivel 2: ¡Acciona!, no te dejes destruir; la violencia aumenta a través de destruir artículos personales, manosear, caricias agresivas, golpear “jugando”, pellizcar, arañar, empujar o jalonear.
Nivel 3: ¡Necesitas ayuda profesional! Las mujeres son víctimas de violencia física, abuso sexual, amenazas con objetos o armas, violaciones, mutilaciones y acciones que pueden llevar a la muerte.
Reiteró que esta herramienta permite detectar las manifestaciones más sutiles de violencia como bromas, chantajes, celos, y humillaciones en público; posteriormente, manoseos, caricias agresivas, golpes “jugando”, empujones, jalones y, en el último rubro, amenazas con objetos o armas, amenazas de muerte, abuso sexual y violación, hasta llegar al asesinato.
En representación de la directora general Nelly Vargas Pérez, el director del PAIMEF, Iván Sánchez, consideró que poner fin a la violencia contra las mujeres es prioritario no sólo porque atenta contra su sano desarrollo y representa una grave violación a sus derechos humanos, sino porque además, limita la construcción de una sociedad pacífica, incluyente y justa.
Lamentó que todas las mujeres y las niñas del mundo, sin importar su origen, edad, condiciones sociales, religión, identidad de género u orientación sexual, estén expuestas al riesgo de ser víctimas de violencia. Sin embargo, la intersección de diferentes variables, como la situación de pobreza, la pertenencia étnica, la condición de discapacidad y el estatus migratorio, entre otras, aumenta su vulnerabilidad y las condiciona a enfrentar barreras adicionales para acceder a la justicia o a servicios de apoyo.