Tacotalpa.- Misterio, temor y respeto es lo que provoca el panteón del pueblo de Oxolotán, enclavado en la serranía tacotalpense y sus límites con el estado de Chiapas.
El panteón con características de pueblo, luce sencillo y sin tumbas ostentosas, con una fachada común con un portón mediano y algo herrumbrado, flanqueado por bardas blanqueadas que contrastan, de día, con la espesura de los arboles que emergen de la parte trasera de este camposanto.
Vecinos de este predio, donde descansan los fieles difuntos de las familias del lugar, han dado testimonio durante varios años sobre extraños sonidos y voces que se oyen desde el interior del camposanto en medio de la noche, catalogándose como quejidos y lamentaciones que ponen la piel de gallina a quien las logra escuchar.
Hay quienes aseguran que se ven bultos de personas entrar, pero no salir. La gente mayor ha atribuido estas visiones y extraños sonidos como presencia de almas en pena que aun deambulan en el pueblo y que en vísperas del Día de Muertos se dejan ver y sentir, posiblemente como un reclamo a sus familiares que no los visitan o en la búsqueda constante de un descanso que no han alcanzado.
Lo cierto es que los espectros que rodean al panteón del pueblo zoque de Oxolotán forman parte de las creencias populares de muchos habitantes que durante las noches tétricas mantienen la distancia con este camposanto misterioso.
DEJA UN COMENTARIO