"El Covid nos dejó en la calle, hospitales no se miden en cobro de servicios"

“Teníamos todos los cuidados, pero al final, algo lamentablemente falló, cuando mi esposo empezó con síntomas fuímos con su neumólogo, nos dijo que era bronquitis, pues siempre ha padecido de alergias y el cambio de clima y humedad del estado, le afecta mucho, fue nuestro primer gasto, fueron 6 mil 500 pesos entre consulta y tomografia”, relató.

Sin embargo, expuso, al día siguiente, su esposo no mejoraba, pese al tratamiento que estaba tomando en donde gastaron 5 mil pesos más.

“Le marcamos al doctor y nos mandó a hacer la prueba del COVID, los dos salimos positivos, pero para esto, dos días antes de los resultados mi esposo empezó a tener problemas de respiración, bajó muy rápido su oxigenación, lo tuve que sacar de mi casa casi cargado, el oximetro marcaba 84 y con una mano a como pude agarré un tanquecito de oxígeno que guardaba en mi casa y se lo puse y casi arrastrándolo lo subí a la camioneta”.

“Teníamos mucho miedo de ir al hospital pero la situación era compleja, no teníamos elección, y con la desesperación y queriendo que me trataran bien a mi esposo y tuviera atención de primera mano nos fuimos  a uno de los hospitales que atienden pacientes COVID aquí en Villahermosa, de entrada me pidieron 250 mil pesos, era eso o buscar otro lugar para que atendieran a mi esposo que estaba muy muy mal”, expuso.

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Por lo que dijo, decidió hablar a sus familiares, para que la ayudaran en lo que checaba de dónde podía obtener dinero inmediato, para pagar medicamentos y hospital.

“Afortunadamente, mi familia me apoyó, pero en el hospital me dijeron que de entrada eran 250 mil pesos, pero sus gastos podrían llegar del millón al millón y medio de pesos y efectivamente, fue un millón de pesos que me cobraron”, apuntó.

También, refirió que durante la semana que estuvo su esposo hospitalizado, donde le pusieron medicamentos que costaban hasta 40 mil pesos, tuvo tiempo para vender sus dos camionetas y también su casa, la cual ni siquiera pudo vender bien, pues por la urgencia tomó lo primero que le ofrecieron y de manera inmediata.

“Nos quedamos en la calle, ahora vivimos en un cuarto que nos dio una de mis hermanas, pero gracias a Dios, tengo a mi esposo conmigo, lo único que me duele es que muchas personas no se midan para cobrar sus servicios, esta enfermedad nos dejó en la calle, a brazos cruzados”, agregó.

Solo les queda comenzar de cero, una vez que se recuperen al cien por ciento de esta enfermedad.