Belisario Colorado Jr.:
Jurista, educador, periodista, escritor, hombre de bien
16 de agosto de 1992 cerró los ojos al mundo Belisario Colorado Jr., un tabasqueño ejemplar. Estudioso del derecho, utilizó sus conocimientos para iluminar la senda de la justicia, no para enriquecerse con la comercialización de sus vastos y sólidos conocimientos.
- Educador, “gran educador” le llamó atinadamente el sabio maestro Francisco J. Santamaría, que tuvo el acierto de asimilarlo a su gobierno. Durante su paso por la dirección de nuestro amado e inolvidable Instituto Juárez, Belisario Colorado, como bien lo reconoció públicamente el ya mencionado maestro Santamaría, “vino y despertó la inquietud estudiantil en este Instituto y lo echo a andar”. Y ciertamente, que en el periodo de 1948 a 1950, que dirigió la gloriosa casona de estudios vio la luz pública la revista Juchimán, que llegó a ser en su época, de las más importantes publicaciones de carácter estudiantil a nivel nacional.
- Periodista probo, jamás emporcó la pluma, ni vendió al mejor postor su conciencia; no vivió del periodismo, ni se convirtió en industrial de la prensa o empresario periodístico, sino que únicamente, semana a semana, emitía sus ideas y externaba sus opiniones con absoluta libertad, sin ponerse a las órdenes de nadie. No prejuzgó jamás, ni ensalzó a quienes eran dignos de ello, tampoco hizo leña del árbol caído, ni gala de la falsa valentía de quienes denuncian a posteriori, lo que solaparon antes.
- Dos veces por semana, durante quince años aproximadamente, en un diario local publicó una columna de opinión. Primero se llamó “Tres Piedras” y luego “Tridente”, ambas compuestas de tres análisis u opiniones sobre otros tantos tópicos de interés general. Su crítica, siendo incisiva en muchas ocasiones y a veces cáustica, no perdió altura. Conocedor profundo de los secretos del idioma, siempre utilizó el término preciso, mostrándose refractario al uso de un lenguaje prosaico, seguro como estaba de que, aún las cosas más sucias, pueden y deben describirse con elegancia.
VALIOSOS TESTIMONIOS
- Como escritor, siempre le reprochamos amablemente el que no hubiese producido sino tres pequeños volúmenes, teniendo tantas cosas qué decirnos. Sé a ciencia cierta, que muchos trabajos iniciados por él, ya jamás podrán ser editados. Sin embargo, el opúsculo que en honor del eminente lexicógrafo nacido en Cacaos, escribió con el título del El maestro Santamaría, un tabasqueño señero, singular; es un testimonio valiosísimo del hombre que conoció de cerca al protagonista -según nuestro modesto parecer-, de uno de los gobiernos estelares de este pobre estado, que no se merecía a muchos de quienes, por avatares del destino o del dedino, como cabría decir en nuestro medio, han llegado a mal gobernar nuestro estado.
- Su Epistolario de Viaje, que subtituló como: “Un vívido relato de la Alemania actual, una ojeada de Holanda y un visaje de Roma y París”, es el producto de sus observaciones durante el viaje de estudios que llevó al cabo, mediante la beca que le otorgó la Fundación Alemana para los Países en Vías de Desarrollo. Al final de este interesante libro en el que a veces sin proponérselo, el autor parangona las bondades de los países que visitó con la falta de ellas en nuestra sufrida patria, agradece la colaboración valiosísima de la abnegada compañera de su vida, su esposa Gloria Jiméne z Vega de Colorado, quien “afrontó, con silencioso valor y a pesar de su nostalgia, la ímproba tarea de traducir, de interpretar algunas veces los atropellados garabatos que eran mis epístolas de viajero alucinado y poseído de delirante entusiasmo al recorrer mundos que tanto había soñado desde mi niñez paupérrima y durante mis largos años de estudioso de la Historia Universal”.
- Su último libro, Juchimán, biografía de un ídolo viviente, además de ofrecernos una serie de datos importantísimos sobre el espléndido y enigmático monolito de la cultura olmeca que desde hace más de una centuria mora bajo la sombra tutelar del glorioso Instituto Juárez, resulta ser valioso testimonio de su paso por la dirección de la máxima casa de estudios de Tabasco, lo que hace a esta pequeña obra, un documento histórico de gran importancia.
UNO DE NUESTROS MAESTROS
- En lo personal, reconocemos en Belisario Colorado Martínez de Escobar o Belisario Colorado Jr., uno de nuestros maestros. No tuvimos la fortuna de recibir sus enseñanzas en las aulas universitarias, pero sí las obtuvimos a través de sus orientaciones, sus consejos, su crítica sana que valoramos infinitamente y, sobre todo, su ejemplo de hombría de bien, de honestidad sin tacha, de dignidad que es ejemplo a seguir.
Ya no veremos más físicamente al licenciado Colorado, a Beliche, como cariñosamente le llamábamos, influenciados por doña Gabriela Gutiérrez Lomasto que así le llamó de siempre; pero su recuerdo, pervivirá en quienes le conocimos, le admiramos y le quisimos, por su bondad y su amistad sincera.