Ancianos se refugian en una lancha tras erupción del volcán Cumbre Vieja

No les gustaban las opciones de alojamiento temporal. “Se me ocurrió la idea, vamos a probar a ir a la lancha, es una lancha vieja que está ahí, pero bueno, podemos llevarnos unas cosas e instalarnos”, mencionó la pareja de ancianos.

La lancha en la que se alojaron lleva el nombre “Hamurabi” con 6.4 metros de largo y es una barca de 35 años que sólo ha reclamado un cambio de motor.

Margaretha y Luis pasan el tiempo en la parte trasera del barco, con una radio, una pequeña nevera, una computadora y un gato adoptado en su huida que se esconde en el camarote de proa.

El lugar es pequeño y obliga a algunos estiramientos, no siempre bien realizados, porque Margaretha se golpea la cabeza cada vez que entra en el camarote.

Ambos vivían en Todoque, un pueblo prácticamente borrado del mapa por la lava, y tuvieron que salir a toda prisa de sus hogares.“Llegó allí la Guardia Civil y nos dice: ‘tienen ustedes que evacuar, pero de inmediato, rápidamente’. Y allá nos salimos con lo que teníamos puesto”.

Los ancianos relatan que nunca imaginaron que la erupción fuera tan destructiva y muy violenta, pues ha borrado ya más de mil edificaciones, engañados, como muchos, por el precedente del volcán Teneguía, en 1971, “que era un volcán amable y destrozó muy poco”, dice ella.

Hasta el día domingo, sabían que su casa estaba en pie, pero eso no bastaba para calmar la desazón: “estamos muy malamente, muy malamente”, afirma ella, recurriendo a un giro muy local.   

En el puerto hay duchas, lavadoras, y restaurantes, y además suelen subir al pueblo a diario. “Nadie, nadie” les puede decir cuándo podrán volver a casa, lamenta la pareja de ancianos.

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