La boda de Felipe de Grecia y Nina Flohr
Felipe de Grecia y Nina Flohr celebraron este sábado su gran boda griega
El enlace se celebró en la catedral de la Anunciación de Santa María de Atenas, el mismo templo que vio darse el 'sí quiero' a los padres del novio, Constantino y Ana María, en septiembre de 1964, y a los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, en mayo de 1962. En este lugar, ubicado en pleno centro de la capital griega, la ceremonia ortodoxa se convirtió en el epicentro de la realeza europea, incluida la española. No en vano, el novio es sobrino de la reina Sofía.
No así el rey Felipe, primo del contrayente, que junto a la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, participaban en Asturias en el acto de entrega del título de Pueblo ejemplar a la villa de Santa María del puerto.
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El novio llegaba a la catedral del brazo de su madre, Ana María, que elegía para tan señalada ocasión un diseño azul metalizado y perlas.
Madre e hijo recibían una cerrada ovación de los atenienses, a pesar de que la familia ha pasado la mayor parte de su vida en el exilio. Era precisamente el padre de novio, Constantino, quien recibía la más intensa salva de aplausos.
Casi 60 años después, la catedral ateniense volvía a acoger una boda de la familia real griega. A las 15:30 horas (una hora más en la España peninsular) empezaban a llegar los primeros invitados entre los que estaban Sassa Osma y su marido, Christian de Hannover; Beatriz de York y Doardo Mapelli; Chantar Hochuli, Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo; la 'influencer' Sabine Getty, editora de la revista 'Tatler' o el fotógrafo de moda Nikolai von Bismarck.
La familia del novio lucía espléndidas sonrisas a su llegada a la catedral. Uno de sus hermanos, Pablo de Grecia, y su mujer Marie-Chantar Miller, acompañados por dos de sus cuatro hijos, Odyseas y Aristides, llegaban juntos al templo después de desplazarse desde Nueva York, su residencia habitual.
También entusiasmado se mostraba Nicolás de Grecia, junto a su esposa, Tatiana Blatnik, y su hermana, Theodora de Grecia, la hija menor de los reyes Constantino y Ana María. Theodora, ataviada con un elegante vestido azul celeste, se prometió en 2018 y tuvo que posponer su enlace, que estaba previsto para mayo de 2020, por la pandemia del coronavirus.
También el azul, pero klein, fue el color elegido por Olympia, la hija mayor de Pablo y Maire-Chantal. No faltaron tampoco la princesa Alexia de Grecia y su marido, Carlos Morales o la princesa Benedicta, tía del novio. Llamó especialmente la atención el vaporoso diseño elegido por Ekaterina de Hannover, esposa del príncipe Ernst August.
En torno a las 16:30 horas llegaba a la catedral ateniense la esplendorosa novia que acogía sonriente y emocionada los numerosos vítores y piropos que recibía. Fiel a Chanel, Nina Flohr, deslumbró con un vestido nupcial de la casa francesa, blanco con escote en uve enmarcado con bordados y recogido debajo del pecho. También era bordada la larga cola, solo superada por el velo prendido bajo un elaborado moño.
Como se esperaba, lucía una pieza del joyero real, la tiara Antique Corsage que antes que ella también usaron Marie-Chantal y Tatiana Blatnik para sus bodas con los príncipes Pablo y Nicolás. Esa joya era un broche de la reina Victoria de Suecia que Ingrid de Dinamarca convirtió en tiara para regalársela a su hija pequeña, Ana María, al cumplir los 18 años.
Los actos nupciales comenzaron el viernes cuando algunos de los invitados que ya habían llegado a Atenas acudieron a la celebración de la preboda en el lago Vouliagmeni, a 20 kilómetros de la capital. Una vez concluida la ceremonia religiosa llegó el momento del tradicional banquete nupcial y de la fiesta, aunque ahí no terminaba todo ya que hoy mismo el rey Constantino ofrece un almuerzo en el Club Náutico del Pireo.
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