El qué y el cómo: obstáculos legales y de facto para el cambio
En política o en la vida misma no resulta fácil asimilar verdades que contradicen nuestros deseos o esperanzas
- El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene uno de los más altos registros de aprobación en las encuestas. El promedio entre los sondeos de varias casas de consultoría lo ubican en 65 por ciento. De acuerdo a un reciente estudio de Mitofsky los grupos donde obtiene mayor apoyo son quienes votaron por él (85.2%), los campesinos (72.1%) y quienes tienen entre 18 y 29 años (72%). No es de sorprender que el mandatario de la Cuarta Transformación tenga una base de apoyo especialmente entre quienes reciben apoyo de programas sociales, es el sentido de su gobierno según lo anunció desde su toma de posesión.
- Se ha publicado en este diario sobre las dificultades de ejercer el poder en un país con tantas carencias. Pero además, añadiría, donde los intereses creados establecieron una serie de candados –legales y de facto-, para obstaculizar que sean afectados sus privilegios. Sin embargo, a escasas semanas de que se defina quién asumirá la conducción del proceso que vive el país como resultado de las elecciones de 2018, el propio López Obrador dijo que aun cuando haya un liderazgo moderado o un “corrimiento al centro”, la transformación va a seguir tras la elección de 2024.
CUENTAN LOS DÍAS
El pasado 9 de mayo advirtió que existen opositores y compañías que están con “la ilusión” que su sexenio termine para que las cosas vuelvan a lo que había antes.
Noticia Relacionada
- En referencia al litigio internacional con la empresa Calica, pero que sirve para todos los casos de quienes se oponen a las acciones presidenciales, AMLO expresó desde Palacio Nacional: “Vamos a poner orden antes que terminemos. Ellos y otros están esperando que termine nuestro gobierno, cuentan los días. Pero también están equivocados porque la transformación va a continuar, yo ya no voy a estar, pero esto es un proceso que se echó a andar, y no lo van a detener”.
- En su conocido estilo directo, y para que nadie se llame a engaño, dijo López Obrador: “Ellos (los adversarios) albergan la ilusión de que ya va a terminar el gobierno nuestro, y sí, puede ser que haya un corrimiento al centro, porque además cada quien tiene su estilo. Decía don Daniel Cosío Villegas, el estilo personal, quien sabe si vaya a haber mañaneras, si se vayan a hacer denuncias así, quien sabe si se va, dicen los conservadores, a ‘polarizar´, que es politizar. ¿Quién sabe?, pero estoy seguro que va a continuar la transformación”.
UN PROYECTO DE LARGO ALCANCE
- Bien se ha dicho que el cambio de un régimen requiere tiempo. Por lo menos unos 18 años. Por eso cuando inició su gobierno López Obrador anunció que se proponía hacer en seis años lo que se haría en doce. Aprovechar al máximo el tiempo. Así lo ha hecho, tanto que el predominio de la marca del movimiento fundado por él (Morena, Movimiento de Regeneración Nacional) cuenta actualmente con por lo menos un 50% de la intención del voto y en algunas regiones rebasa el 60%.
Escribió el conocido analista político Jorge Zepeda Patterson:
“En política o en la vida misma no resulta fácil asimilar verdades que contradicen nuestros deseos o esperanzas. En este espacio he sostenido desde hace meses que la oposición política está condenada a perder, de nuevo, la presidencia. Algunos o muchos lectores han asumido que tal apreciación es resultado de una percepción sesgada por mis opiniones políticas. Nadie está exento de la subjetividad, desde luego, pero tampoco deberíamos estarlo del razonamiento. Si la oposición va a hacer algo útil por sus intereses, por ejemplo impedir el control de Morena en el Congreso del próximo sexenio, más le convendría entender las razones de su debacle en lugar de negarlas, y hacer algo por subsanarlas. (La oposición en su laberinto, Sin embargo 21/05/2023)
Añadiría desde estas páginas: la oposición debe entender las razones de su crisis y comprender los motivos del enorme respaldo que tiene el presidente López Obrador, que por tanto se transmite a su partido.
- El mandatario federal no ha caminado en vía despejada. No podía ocurrir donde más de la mitad de la población ha vivido en la pobreza y en un país calificado como uno de los más desiguales por la concentración de la riqueza. Mucho menos si tomamos en cuenta que con el pretexto de la “modernidad” un modelo que se denomina neoliberal inició desde los años ochenta a establecer una serie de trampas y candados legales para obstaculizar que su política privatizadora fuera modificada.
CANDADOS NEOLIBERALES
- Podemos observar que desde 1917 hasta el 2018, la Constitución fue reformada en 707 ocasiones, a través de 233 decretos aprobados por el Constituyente Permanente. Es una de las más modificadas del mundo. Fue en el sexenio de Enrique Peña Nieto cuando más se desfiguró la Carta Magna con 155 cambios al texto constitucional. En el régimen de Carlos Salinas se le quitó gran parte de su sentido social.
- Por eso afirmó López Obrador en febrero de 2022: “Hubo graves retrocesos”, por eso cuando el diputado Sergio Gutiérrez Luna, habló de que era necesaria una nueva Constitución “lo pensamos, porque todas la reformas que se hicieron en 36 años, fueron para ajustar el marco legal en beneficio de las minorías, no para defender al pueblo ni hacer valer nuestra soberanía (... ) Entonces imagínense lo que nos hubiese costado llevar a cabo un cambio así, el tener una nueva Constitución. Nos hubiese desgastado, nos hubiese confrontado, no hubiésemos avanzado. Entonces optamos por reformar, buscando los equilibrios, también la conciliación y se avanzó en reformas muy importantes”.
- Y vaya que existe razón como se aprecia ahora que desde Palacio Nacional se enviaron una serie de propuestas primero para modificar la Constitución, ajustarla a su espíritu original, y luego para reformar las leyes secundarias. La oposición no sólo vino de los partidos opositores, sino también de un entramado de jueces y magistrados. Precisamente, ante el bloque formado por estos intereses, el Presidente anunció un “Plan C”, que en síntesis es ganar para el obradorismo una mayoría calificada que permita, a partir de septiembre de 2024 hacer las reformas constitucionales que requiere su Proyecto de Nación.
- Luego que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó la primera parte del Plan B de reforma electoral bajo el argumento que se aprobó por violaciones graves al proceso legislativo, AMLO adelantó además que enviará una iniciativa de reforma constitucional para modificar al Poder Judicial y que, entre otras, se elija a los ministros con el voto popular.
- En palabras del mandatario: “No tiene remedio el Poder Judicial, está podrido, están actuando de manera facciosa, imagínense componerle la plana al poder Legislativo. Es de sentido común, de juicio práctico, al poder Ejecutivo lo elige el pueblo, al poder Legislativo lo mismo, se elige a los diputados y a los senadores. El Ejecutivo y el Legislativo nombran a los ministros de la Corte, y esos señores que ahora forman parte del supremo poder conservador, que están dedicados a obstaculizar la transformación del país, para sostener al viejo régimen, el antiguo régimen de corrupción y de privilegios, ellos deciden que una iniciativa de ley enviada por el Ejecutivo, aprobada por la Cámara de Diputados y por la Cámara de Senadores no es válida, porque los legisladores violaron los procedimientos internos que ellos, los legisladores, tienen aprobados de manera independiente”.
De esta manera, como parte de la Cuarta Transformación, López Obrador buscará que su partido triunfe en las elecciones de 2024 pero no sólo para la Presidencia de la República, sino para obtener 334 escaños en la Cámara de diputados y 96 en el Senado, con lo que llevaría adelante el proceso.
No es pues, la transformación del país sólo una cuestión de buenas intenciones, sino de la existencia de una verdadera fuerza política y social que lo respaldo y acompañe. AMLO mejor que nadie lo sabe.