Todo cambia
Que una de sus canciones favoritas es precisamente “Todo cambia
El pasado 9 de julio, de no ser por lo efímero de la vida, hubiese cumplido años una extraordinaria Tucumana (Argentina), fundadora del “Movimiento del Nuevo Cancionero” y máxima exponente del folclore argentino, que llevaría a todo el mundo con su voz y canto el sentimiento de lucha no solo del pueblo que la vio nacer, sino el de todos los pueblos de nuestra América Latina. Se llamaría a sí misma como “cantora” antes que “cantante”, en alusión a lo dicho alguna vez por su coterráneo Facundo Cabral: “Cantante es el que puede y cantor el que debe”. Y es que en palabras de mercedes: “El cantor a diferencia del cantante, no es alguien que quiere cantar, sino alguien que debe cantar y tiene la responsabilidad de hacerlo. Pues el canto más que una protesta es un testimonio de lo que sucede y el papel del cantor es exponer la realidad como es; de esta forma, si se calla al cantor, se calla la vida.” Quien escribe estas letras, con humildad confiesa, que una de sus canciones favoritas es precisamente “Todo cambia”, canción compuesta por el autor chileno Julio Numhauser, en Suecia en 1982, durante su exilio forzado por el dictador Augusto Pinochet e inmortalizada por la voz de Mercedes Sosa en 1984. Entre 1982 y 1984, Argentina se cimbraría ante el proceso de democratización que sepultaría las dictaduras militares que gobernaban con sangrienta severidad desde 1976, y que habían llevado por su parte también al exilio en Europa a Mercedes Sosa desde 1979. Tras la derrota de Argentina en la Guerra de las Malvinas, la dictadura militar debilitada comenzaba a trastabillar, aprovechado por las fuerzas libertadores y por la misma Mercedes cuando irrumpe con gran vehemencia el escenario político nacional en Febrero de 1982 con su regreso a Buenos Aires donde convierte, en escenario de protesta contra la dictadura, el Teatro Ópera con una serie de recitales históricos. Finalmente el fervor del pueblo por la libertad y la democracia, harían catarsis en la Argentina, con la entrega incondicional del poder por parte de los militares a un gobierno civil. el 10 de diciembre de 1983 y en “la negra” -como era conocida Mercedes sosa-, también en 1984 con “Todo cambia”. El siguiente extracto de la canción expresa, aunque seguramente con subestimación, el sentimiento de Numhauser, Mercedes y el de los exiliados alrededor del mundo: “Cambia, todo cambia… Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre, ni el recuerdo ni el dolor, de mi pueblo y de mi gente; y lo que cambió ayer, tendrá que cambiar mañana, así como cambio yo, en esta tierra lejana”. Y es que, realmente, todo cambia, nada es inmutable. Por convicción, luchar porque todo cambie y nada permanezca igual, máxime cuando lo establecido nutre su permanencia de lo injusto y del dolor; luchar porque todo sea diferente, es más un acto de solidaridad humana que de un histrionismo aparente. Pero así como todo cambia y hay quienes luchan para que así suceda, también los hay quienes se oponen, por conciencia, por conveniencia o por ignorancia. La contradicción entre ambas posturas forma parte del devenir de la vida, del mundo y de la historia. PD: Así como la “cantora” que le diera vida a la obra de Julio Numhauser, naciera un 09 de julio de 1935 e inspirara al mundo a aceptar el cambio como vía y esperanza de un mundo mejor; un 09 de julio pero de 2014, recibiría el registro en México como partido político, el Movimiento de Regeneración Nacional “morena”, aglutinador de las masas para conducir, “el cambio verdadero” en nuestro país. Felicitaciones a todas y todos los valientes y nobles de corazón que creyeron en la promesa de transformar un país y que hoy siguen en la lucha permanente de las más nobles causas.