La saxofonista, el ex diputado y el calvario de la justicia

Qué será lo que como sociedad podemos hacer para limpiar de corrupción e indolencia que impera en nuestro sistema judicial, y que cotidianamente victimiza, lastima y hasta causa muertes a un buen número de mexicanos y mexicanas. Al que a pesar de acusaciones y señalamientos de las violaciones que cometen y  cotidianamente  les hacen “lo que el viento a Juárez”. ¿De qué estarán hechos?, ¿qué poder transformará esa situación? 

No hay ley ni autoridad que los mueva o los obligue a rectificar y cumplir con su deber, el de  procurar justicia. ¿Acaso los ciudadanos debemos enfrentar a cada uno o una,  cara a cara, con un  “¡Ya basta!” Como hicieron, hace unos días, valientes mujeres en la entrada del Metro Zócalo de la CDMX al sorprender a enmascarados y enmascaradas arrojando  bombas molotov, como otro acto de terrorismo, contra el más importante servicio de transporte de la CDMX, sin consideración a los usuarios que entraban y salían.

La voluntad que en varias ocasiones ha demostrado el presidente Andrés Manuel López Obrador para emprender una limpia en el sistema judicial se ha hecho patente, pero la Constitución se lo impide. Y esperar una pizca de vergüenza, conciencia, honestidad o dignidad  de parte de los corruptos e injustos funcionarios, es por demás inútil. 

Cada uno de los casos de injusticia e impunidad propiciados por esos malos funcionarios que salen a la luz pública, más que indignarnos, nos retuerce las entrañas. Por ejemplo, hace unos días, el 21 de enero  en el estado de Oaxaca, el juez Teódulo Pacheco Pacheco había otorgado el beneficio de prisión domiciliaria al presunto autor intelectual del ataque con ácido a la saxofonista María Elena Ríos Ortiz, el ex diputado priísta  Antonio Vera Carrizal.

La indignación no solo de María Elena, sino de gran parte de  la población de Oaxaca y la presión que ejercieron las mujeres feministas de ese estado, más, seguramente la recomendación del mismo Presidente de la República a quien llegó la denuncia en La Mañanera, el magistrado Eduardo Pinacho Sánchez ordenó la suspensión de la prisión domiciliaria al presunto autor intelectual de la saxofonista que a raíz del ataque ha quedado con severas secuelas.

Fue el pasado 21 de enero, informó la agencia Cimacnoticias, luego de cinco días de audiencia, el juez Teódulo Pacheco Pacheco cambió la medida cautelar que dictó a favor de Juan Antonio Vera Carrizal, presunto autor intelectual del ataque, para que este siguiera su proceso en prisión domiciliaria, aún con los riesgos que esto conlleva para la seguridad de María Elena. 

Luego de tal decisión feministas, mujeres organizadas y diversas instancias de gobierno mostraron su rechazo y exigieron que Vera Carrizal continuara en prisión. Esto también ante un posible riesgo de fuga. Lo anterior debido a que su hijo, Juan Antonio Vera Hernández -otro de los agresores de María Elena- continúa prófugo desde 2019.

Ahora, y con razón, persiste la presión, ahora para que renuncie el presidente del Tribunal Superior De Justicia Del Estado de Oaxaca, Eduardo Pinacho Sánchez.

Aun con lo anterior, la vida e integridad de María Elena sigue en riesgo de muerte porque la suspensión de la medida cautelar es temporal. La saxofonista el 24 de enero recibió la notificación emitida por la jueza Martha Santiago Sánchez del mimo estado, en la que resuelve un recurso de apelación   

El 24 de enero María Elena fue notificada sobre una resolución emitida por la jueza Martha Santiago Sánchez quien sostuvo que, por ese momento no existen las condiciones adecuadas para un arraigo domiciliario, pero que no es “algo definitivo”, se difundió en redes sociales. 

María Elena declaró que, ante esa situación, legalmente procede presentar una impugnación, la cual ya fue entregada el día 25 de enero y que dicha impugnación será evaluada por magistrados, quienes, apegados a derecho, deberán resolver tomando en cuenta el contexto de violencia que ha enfrentado la víctima. 

El procedimiento aún no concluye, dijo María Elena quien declaró que existe una alta posibilidad de que Juan Antonio Vera Carrizal pueda regresar a su casa, pues posee un gran poder (adquisitivo y político), además de que  vivimos en un país con 95 por ciento de impunidad, lo cual, agregó, es sinónimo de libertad para los delincuentes.