Retos del Segundo Piso Energético

El enfoque de Claudia Sheinbaum en la soberanía energética y el apoyo a las familias marca un hito en la política energética mexicana

Soberanía, seguridad energética, protección al medio ambiente, sustentabilidad, apoyo a la economía familiar, desarrollo tecnológico, política industrial y desarrollo regional, forman parte de los ejes estratégicos que integran el Programa Energético delineado por nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. 

En los 100 Compromisos presidenciales proyectados para solidificar el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, la Mandataria de México plantea, en el caso particular del impulso a las energías renovables y la electromovilidad, elementos axiales en la Transición Energética y la lucha contra el calentamiento global. 

Con un objetivo ambiental y ahorro de energía como se ha visualizado, se busca promover la electromovilidad teniendo como requisito indispensable las energías renovables, cuya meta establecida es de 45% de generación eléctrica nacional para 2030.

A nivel global, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su World Energy Outlook 2023 perfila que las energías renovables contribuirán con el 80% de la nueva capacidad de energía en 2030, y de esa matriz, la solar representará el 50%.

Frente a ese escenario, México no puede ni debe quedarse a la zaga del desarrollo tecnológico y su incursión en la nueva economía de energía limpia. 

De acuerdo con la AIE, en 2023 las renovables representaron el 10% del crecimiento del PIB mundial, añadiendo 320 mil millones de dólares a la economía mundial, de allí que la presidenta Claudia Sheinbaum, a partir de la creatividad, empeño y capacidad de los mexicanos, ya anunció la producción de un auto compacto eléctrico hecho en México100 por ciento.

Este gran acierto de nuestra Presidenta de la República colocará a nuestro país en la ola de la economía de energía limpia, bajo una dinámica que requerirá de esfuerzos titánicos y de colaboración en materia de política industrial, desarrollo educativo y tecnológico, así como de regulación y desarrollo regional.

Y es que, además de la inversión que requiere la red nacional para prepararla para una alta inyección de generación distribuida y almacenamiento, resulta indispensable voltear a ver las experiencias de los países de la Comunidad Europea para aprehender de sus aciertos y errores.

Los desafíos que esto implica los hace ver la Dra. Renée Heller, investigadora de Energía e Innovación de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam, quien además de recalcar que la electromovilidad tiene como razón social detener el cambio climático, ha declarado que el reto de los Países Bajos es atender a los 210 mil vehículos híbridos y 362 mil vehículos de batería eléctrica que demandan una gran infraestructura de carga pública en las ciudades y autopistas. 

A lo anterior se añaden temas como la estandarización y la definición de los roles de las partes en el mercado.

El mismo desafío tiene Alemania, que actualmente cuenta con 1.5 millones de autos eléctricos y tiene previsto llegar a 15 millones al finalizar la presente década. 

En lo que respecta a México, de acuerdo con datos de INEGI, en la actualidad sólo contamos con alrededor de 240 mil vehículos entre eléctricos e híbridos, por lo que nuestro crecimiento sería a niveles exponenciales. 

Otro reto importante en esta materia está vinculado con la formación y capacitación del capital humano que requiere la nueva industria fotovoltaica, donde las escuelas técnicas y tecnológicas son un factor determinante. Bastaría voltear a ver a Alemania, que ha tenido que apoyarse en la población migrante de España para satisfacer esta demanda.


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