OPINIÓN

El sucio negocio de la Gasolina (I)
06/06/2025

El sucio negocio de la Gasolina (I)

La gasolina tiene un alto peso en la economía mexicana, derivado de que gran parte de la movilidad de las personas depende de ésta, y a la cual, en forma legal en las estaciones de servicio, las ventas en el mercado en forma diaria fluctúan entre los 2,800 y 3,000 millones de pesos. A los cuales entre 1,000 y 1,200 millones de pesos son de IEPS e IVA.

Ante toda esta cantidad de peculio, realmente es un negocio para todas las partes de la cadena que la conforman, en el precio unitario, y por el que paga el consumidor en cada litro.

¿Dónde está el negocio?

Primero hay que comprender que la gasolina no es un producto que sale en forma natural de un yacimiento petrolero. Es un derivado del proceso de una destilación, y que ocurre en una refinería. La cual está conformada por distintos procesos de mejora, y cuyo objetivo es tener un producto para el poder ser utilizado en un motor. Debe cumplir con ciertos requerimientos, y de acuerdo con las normas en cada país. En México la gasolina está regulada bajo la NOM-016 de la CRE. A lo cual, toda gasolina importada, comercializada y distribuida debe cumplir para que pueda ser vendida en las más de 13,769 estaciones de servicio a las que tiene acceso el consumidor.

El costo de refinar un litro de petróleo crudo en México para obtener un litro de gasolina fluctúa entre los 5 a 5.50 pesos, y que al comparar con las refinerías del vecino del norte está entre 2 y 2.5 veces mayor el costo. Siendo que tenemos una ventaja competitiva, debido a que el petróleo crudo que entra al sistema de refinación mexicano es barato comparado con el usado en los Estados Unidos. Pero cuya calidad no ayuda a las refinerías por ser en su mayoría pesado, con un alto contenido de azufre, y otros componentes que hacen la necesidad de invertir, contar con más procesos para obtener productos libres de azufre, y con buena composición para su quema en las cámaras de combustión de los motores donde son utilizados.

Entonces, como primer cálculo, para la conformación de precio unitario, podemos indicar que el primer costo de salida es el observado en las terminales de almacenamiento, privado o de Pemex. A los cuales está integrado el precio de salida de las refinerías mexicanas, o el importado en forma legal, y en ambos incluye el costo del barril usado para ser refinado.

Es aquí donde está el verdadero negocio, y donde está la base inicial para el precio final de la gasolina al mercado para cada consumidor que tiene que pagar para llenar el tanque de su automóvil. A donde existe una parte mercenaria, y la cual da lugar al desequilibrio del mercado, y la cual depende de la legalidad, ética, y profesionalismo de quien comercializa o distribuye en todas las estaciones de servicio. En este punto, surge la primera incertidumbre en México. ¿Existe gasolina de buena calidad?

Aquí empieza la honradez del que importa, o produce, la gasolina. Pemex venderá sus productos a empresas que comercializan o distribuyen en forma correcta a las estaciones de servicio en calidad, y la certeza de que el producto cumple con los requerimientos legales de su trazabilidad, y estas últimas exigen que se cumpla a cabalidad lo anterior.

El precio de salida en cada terminal de almacenamiento dictamina si es legal o ilegal. Debido a que puede haber algunos centros de almacenamiento que no tengan el permiso otorgado para operar por parte de la Comisión Nacional de Energía (anteriormente la CRE), como un comercializador o distribuidor. Continuará. (Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos)





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