Que haya «Tiro»

Que haya «Tiro»

Una eventual «Reforma Electoral» que deberá ser asignatura de la siguiente legislatura y no la actual esta obligada a forjarse sobre el entramado de la «Calidad de la Democracia» en todos los órdenes, pero sobre todo al «Sistema de Partidos Políticos» que en el medio siglo reciente ha ido en picada una evidente mediocridad. Resulta una paradoja que quienes cabildean las reglas del la renovación de las Autoridades Públicas de Gobierno no se tomen en cuenta a sí mismos.

Definitivamente debe ser una obligación ineludible elevar a 5 por ciento el umbral de votación mínima que exija a los Partidos Políticos a ser competitivos incluso en el registro de sus plataformas electorales y sus candidaturas a cargos ejecutivos y/o legislativos, de modo que tengan argumentos ante el criterio del colectivo social.

Desde la décadas de los 80’s del Siglo  XX ha sido una vergüenza haber establecido como mínimo lograr el 1.5 por ciento de la votación total emitida, peor aún fue un papelón el que hubo aquellos que ni en la permisibilidad lograron revalidar su registro. Así como surgieron cualquier cantidad de Partidos Políticos igual desaparecieron, al no plantearse como una alternativa aun con limitaciones.

En 2009 la llamada «Chiquillada» se inconformó porque el Decálogo de «Reforma Electoral» de Felipe Calderón se incluyó subir el umbral del 2 por ciento que ya se tenía a un 4 por ciento; el PVEM, el PT y MC entre otros tildaron al Ejecutivo de atentar contra la «Democracia», sabiendo que si apenas les costaba lograr un 2 por ciento en su cuestionable participación, duplicar el umbral para el registro sería complicado.

La «Reforma Electoral» de 2014 logró incrementar en 3 por ciento el umbral para revalidar el registro como Partido Políticos. Para el anecdotario, en 2019 durante las elecciones para la gubernatura de Baja California el PRI estuvo a nada de perder la acreditación local, una entidad en la que se mantuvo competitivo incluso luego de que en 1989 la perdiera.

El Partido del Trabajo en 2015 estuvo en la misma situación de desaparecer en lo nacional, aun en coalición con el PRD, aunque providencialmente una elección extraordinaria distrital en Aguascalientes logró por una hilerita el umbral del 3 por ciento.  

Les guste o no a unos y otros el nivel de competencia y candidaturas debe elevarse en paralelo a subir el umbral de votación mínima total de 3 a 5 por ciento, en el ámbito federal y local.

Por cierto, la figura de las coaliciones libró de desaparecer en 2021 al PVEM, al PT y a PRD, dos partidos bisagra y uno que llegó a tener jerarquía. La degradación no se puede ocultar. 

El resquebrajamiento en la pérdida credibilidad del «Sistema de Partidos Políticos» se dio justo el 1 de julio de 2018, al optar la voluntad popular por la alternancia hacia un «Movimiento», emergido de una Asociación Civil gestada en 2012, catapultando al triunfo a un candidato al cargo de Presidente de la República que estuvo en la boleta por tercera ocasión.

Mucho de verdad tiene en la mofa del Ejecutivo Federal cuando se  refiere a la partidocracia como «Ternuritas», una expresión que por supuesto les cala hondo, cuando de a poco se desdibujaron a los ojos del colectivo social, al que en una reciclada retórica le traicionaron innumerables ocasiones el voto de confianza respecto de los compromisos comprometidos e incumplidos.

Lastimosamente desde entonces no se dieron la oportunidad de reflexionar a conciencia las vías para replantearse y configurar como una renovada propuesta, partiendo de la premisa de ser un instrumento genuinamente integrado por ciudadanos afines a una ideología; con estatutos, principios de doctrina y programa de gobierno, para el acceso al poder ente su propia militancia.

Sin embargo, estos Partidos Políticos que por décadas cogobernaron al país siendo enemigos, la mediocridad los ha llevado a unirse; PAN. PRI u PRD, y sin candidato para el «Tiro» en la presidencial de 2024, por ahora la causa está perdida esperanzados a que Marcelo Ebrard les salve.