Polarización política y la brecha económica; no es sólo es discurso, es la brutal desigualdad
LA POLARIZACIÓN real en una sociedad no es resultado de un discurso sino de los hechos
*Tomar la calle puede ser también una manera de airear el debate
*Las polémicas cifras de las marchas por el INE y por AMLO
*La democracia participativa necesita ciudadanos de carne y hueso
LA POLARIZACIÓN real en una sociedad no es resultado de un discurso sino de los hechos. Lo que los estudiosos llaman una circunstancia estructural. Esto es: las condiciones materiales de vida. No es un descubrimiento que México ha sido uno de los países con mayor desigualdad, con una enorme brecha entre quienes acumulan mayores recursos económicos y quienes apenas tienen para sobrevivir. No se trata, por supuesto, de alimentar el encono; sino de explicarnos una circunstancia.
¿Hay polarización republicana? Quizás algún politólogo acuñará el singular concepto. En estos días de marchas catalizadoras –de uno y otro lado-, llama la atención el pulso vivo de la república que se expresa en las calles. “El mar de la tranquilidad se localiza en la luna”, expresó el dramaturgo alemán Bertolt Brecht, a propósito de protestas ciudadanas que el régimen nazi no toleró (años 30s, siglo XX).
ÁNIMOI, SUDOR Y GRITOS
AQUÍ Y AHORA, mucho se dice -y se ubica como error estratégico- sobre el presidente López Obrador como “promotor de marchas” (unas y otras) por su insistencia en reformar el Instituto Nacional Electoral (INE). Es filoso el tema, puesto que se aborda para criticar a AMLO, como si las libertades cívicas fuesen un peligro para México. Debería esperarse, en cambio, que la libertad civil se traduzca en respeto y libertad política de deliberación. Si de democracia se trata. Eso enfatizó AMLO cuando pidió terminar un día antes el torneo de béisbol que ocupaba el Zócalo de CDMX –su deporte favorito-, para que la marcha en defensa del INE pudiera llegar ahí. No fue así, aunque –desde la óptica social- se agradece la moción para que el deporte hiciera mutis frente a un asunto de la mayor importancia.
Más allá de filias y fobias, la democracia participativa necesita 1) locomoción, 2) sudor, 3) entusiasmo ciudadano, 4) información suficiente, y 5) causas con motivos claros. La polarización puede disminuir si se contemplan los puntos mencionados como reglas básicas para la expresión de las diferencias sociales y políticas.
PITÁGORAS Y LAS SUMAS FLEXIBLES
Las discrepancias numéricas son parte del juego político y reflejan la polarización social que viene de lejos. De acuerdo con la aplicación Mapchecking, 800 mil personas marcharon el domingo 13 de noviembre en defensa del INE y –faltaba menos- contra AMLO. Primero se adjudicó el cálculo a una aplicación satelital de Google Heart que fue desmentido por AP Verifica. El creador de la aplicación mencionada, Anthony Catel, comentó que dijo a la agencia que se trata de ó Anthony Catel ublicaciones en un mensaje de la herramienta es muy sencilla y no tiene matemáticas sofisticadas, por lo que “es muy fácil abusar y sobrestimar la densidad” de personas por metro cuadrado. En suma, es sólo una referencia; su uso político complica las conclusiones.
Los organizadores de la marcha del domingo a favor del INE reportaron 350 mil participantes; otros convocantes se fueron más arriba, 600 mil, mientras que el presidente López Obrador ubicó 60 mil. La Secretaría de Gobierno de CDMX se llevó las palmas del debate numérico: reportó sólo 12 mil personas en una primera estimación y luego tuvieron que dar explicaciones sobre el yerro de apreciación. Sobre la marcha del domingo 27 de noviembre, que celebró los 4 años de gobierno de AMLO y la 4T –para otros fue la contramarcha-, la Secretaría de Seguridad de CDMX reportó un millón 200 mil asistentes. Las cifras de televisoras y diarios (no afines a AMLO y la 4T) coincidieron en cifras que fluctuaron entre el millón 100 mil y millón 500 mil. Los opositores a AMLO curiosamente no calcularon asistencia y prefirieron denunciar “dispendio de recursos y acarreo”. Sin detallar números ni ofrecer comprobaciones fehacientes -ejercicio ético saludable- las voces opositoras barajaron un gasto de recursos públicos por mil 500 millones de pesos. Otra muesca más al combate mediático/político de polarización. “Somos indios patas rajadas, pero no somos acarreados y no nos pagaron”, fue el tono dominante de frases en las crónicas de medios alternativos. Así, los manifestantes pro-AMLO le dieron la vuelta al insulto racista más difundido de la marcha previa. La discriminación y el racismo tiene profundas raíces; no es patrimonio de un sector.
MARCHAS Y MOTIVOS
Álvaro Delgado recuperó en crónica virtual (noviembre 28/2022) uno de los mensajes más significativos que dejó la marcha que celebró 4 años de gobierno de AMLO y la 4T: “La multitud no odia, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras que perder privilegios provoca rencor”. Esa manta –oaxaqueña- sí se ve, con la claridad del México profundo. Con pocas palabras, sin insultos, la diferencia de motivos se expresó desde una postura política que no escondió preferencias por el proyecto de nación que pacíficamente ganó en las urnas.
Los adversarios a la 4T harían bien en no subestimar lo que el Presidente López Obrador llama “la revolución de las conciencias”. ¿O la revolución de las paciencias? Habrá que plantear que no es AMLO quien inventó la polarización; recordemos que de eso mismo lo acusaban en Tabasco sus adversarios cuando decían que “los conflictos políticos” –a partir de finales de los ochenta- provocaron el atraso en la entidad. Está visto que los rezagos tienen como actor principal una pésima gestión de los gobiernos y la voracidad de los grupos de poder. (vmsamano@hotmail.com)