ÍNTEGRAmente: PADRES SOBRECOMPENSADORES

Sin embargo, cuando hablamos de ser sobrecompensadores, es como si buscáramos volver a arreglar lo ya reparado, y como consecuencia, lo podríamos volver a descomponer

Compensar es una palabra que denota un significado positivo, algo que podemos hacer si nos equivocamos o dañamos algo o alguien. Sin embargo, cuando hablamos de sobrecompensar, es como si buscáramos volver a arreglar lo ya reparado, y como consecuencia, lo podríamos volver a descomponer. Todo en exceso daña, pareciera que hacer esto voluntariamente es absurdo, pero seguramente viene del miedo a sentir que alguien que queremos tanto (como es el caso de nuestros hijos) experimenten un dolor similar al que nosotros vivimos en el pasado, creyendo que la forma de ser mejor que nuestros padres, es darles todo lo que ellos no pudieron darnos, juzgando por dolor, que todo lo que vivimos fue malo, jurando que cuando seamos padres no haremos los mismo.

Así, nos dejamos guiar por el dolor que nos causó vivir con carencias, que nos olvidamos de aquellas cosas que sí nos sirvieron para enfrentar la vida de manera satisfactoria, en donde incluso, aprendemos y cultivamos hábitos y actitudes muy valiosas como son los valores de cada familia, que provienen de generación en generación, los cuales son importantes para desarrollar el sentido de pertenencia. Si no permites que tus hijos carezcan de aquello que tu careciste, tambien los despojas de la posibilidad de aprender a resolver, adaptarse e improvisar ante los retos que tú si tuviste y te permitieron ser quien eres ahora.

Comúnmente, la sobrecompensación también surge de la idea de una “deuda” hacia los hijos. Es muy comun pensar, por ejemplo, que como trabajo todo el día, no es posible llegar a casa a imponer disciplina ante un mal coportamiento de los chicos o en aquellos padres periféricos, el pensar que los dias que pasan a nuestro lado deben ser los más felices y maravillosos para compensar aquellos dias en que no los vemos.

Los padres sobrecompensadores, son destructivos para sus hijos, les generan una pobre capacidad de valorar el esfuerzo y la iniciativa de sus progenitores, pierden la capacidad de asombro, bajan su tolerancia a la frustración y crean la idea de merecer todo sin esforzarse por nada.

Debemos generar en nuestros hijos una idea clara de que el esfuerzo y la dedicación son la llave para obtener privilegios y éxito, por lo que sobrecompensarlos, es abiertamente lo opuesto a generarles bienestar.

(Psiquiatra/Paidopsiquiatra.)