NOTA BENE
Estamos mejor que nunca con el peligro de seguir como siempre
En tabasco estamos a punto de dejar de mirarnos al ombligo para abrirnos al mundo. Vamos a vivir una verdadera revolución y no precisamente violenta, sino económica.
Las cifras así lo apuntan. En los próximos tres años no solo se va a acabar el desempleo sino que se van a necesitar alrededor de 20 mil personas para cubrir los espacios que se van a crear con la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, y del Tren Maya, entre otros proyectos productivos que se esperan en el estado.
Estamos en una posición fantástica para crecer como nunca hubiéramos pensado y todo en buena parte es gracias a que tendremos un presidente de la República tabasqueño. Andrés Manuel López Obrador tiene toda la intención de potenciar el sureste y hacer justicia a esta tierra que tanto ha aportado a la nación y que tan poco ha recibido.
De hecho por primera vez en nuestra historia vamos a tener una poderosa industria en la refinación y más que probablemente se instalarán otros negocios que nos permitan al fin romper el paradigma de que en Tabasco solo hay empleo del gobierno y del petróleo y eso es una de las mejores noticias que podemos recibir.
No estaría de más si podemos pensar que con toda la abundancia que viene se pudiera construir un eje cultural para toda la región con el centro en nuestro estado para equilibrar los aspectos negativos que suelen venir asociados a la extracción y comercialización del petróleo, asunto del que dimos cuenta en columna anterior.
Solo tenemos que tener cuidado de que nuestros gobernantes no permitan que Tabasco se convierta en una especie de parque temático laboral en el que prime la oferta de puestos de trabajo olvidando nuestras peculiaridades culturales que son extremadamente importantes.
También necesitaremos para la gigantesca tarea que vamos a afrontar un periodismo crítico y propositivo que desde una perspectiva constructiva nos permita cultivar la sana autocritica tan escasa en estos días. En definitiva estamos mejor que nunca aunque el peligro es que queramos seguir como siempre.
Acusamos a nuestros políticos, no siempre injustamente, de no ver más allá de sus narices. El porvenir se nos ha echado encima y no admite espera. Hay que acabar con la insana ambición que impera en el estamento político lo que se conseguirá si logramos implantar sólidos argumentos morales aceptados mayoritariamente.
Se nos presenta una oportunidad probablemente irrepetible que debemos de aprovechar al máximo y construir el Tabasco del futuro que todos queremos. Moderno, educado, inteligente, solidario y constructivo.
Solo nos queda terminar de ver el espectáculo, que tiene los meses contados, que es aburridísimo, pero los espectadores estamos maniatados y no podemos abandonar nuestras butacas, aunque sean incómodas, porque tampoco sería deseable quedarnos con el culo al aire.
A qué carta quedarse cuando la baraja está trucada por los tahúres, ya sean de buena fe o de engañosa esperanza. Hay demasiada gente que vive de los demás y cobra por contar todo lo bueno que hace y, con una tarifa superior, por relatar lo que nunca debió hacer.